911
Los dos nos inventamos una manera diferente de amar.
Los dos, sin ser uno,
decidimos caminar de la mano,
aunque estuviésemos destinados a hacer corto circuito.
Los dos nos invitamos a creer en las relaciones a distancia,
en las que la distancia no era el problema.
Los dos nos inventamos miradas inmunes a la indiferencia.
Enlistamos excusas para cuando tocaba estar en la cama.
Aprendimos a no tener sangre en la cara.
Los dos, de manera consensuada
nos convertimos en falacia; viles palabras sin alma.
Solo éramos conscientes de nuestra propia existencia,
de vez en cuando, la del otro,
pero, sin ser importante.
Dejamos de llamarnos y de escucharnos.
De pronto, llamar al 911 se volvió la mejor opción.
De pronto, el 911 dejó de ser efectivo.
De pronto, escapar de tu mirada se hizo mi deporte favorito.
Nos perdimos de vista y también de corazón.
Nos perdimos para siempre,
o tal vez por lo que tardes en cambiarte de tacón.
Nos perdimos y no me dan ganas de encontrarte.
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Entre café y melancolía
PoezjaLas historias pasan y solo viven en la mente de nosotros, pero un libro no es de uno sino del mundo. Y las historias también.