Recreo.
Creo que ambos quisimos decirnos hola.
Estábamos deseando que uno de nosotros empezara la conversación. Quizá por vergüenza o por inexperiencia. Pero aun así me encantaba estar contigo, aunque tan solo fueran esos quince minutos del recreo.
Odiaba el tiempo en el que no podía escuchar tus pensamientos. Odiaba esa pared de diez centímetros que nos separaba. Odiaba literatura, más que ninguna otra materia y odiaba al reloj por pasar tan lento... y tan rápido.
Y no me preguntes por qué, porque no sabré responderte. A lo mejor tan solo era simple capricho o tenía la mala suerte de caer justo antes del receso. Pero odiaba literatura, aunque siempre sacaba sobresalientes.
Al margen de todo, de las incontables veces en las que maldecía al tiempo y a tu ausencia, aprendí a ser paciente a punta de paciencia. Aprendía tragarme las frustraciones que, para ese momento, las podía comparar con el viaje de Odiseo.
Sin embargo, pese a todo eso, siento que fui un poco cobarde al no dar el primer paso y al no decirte esas palabras que una vez memoricé.
Y ahora, muy lejos de ese salón de tercer grado y de ese intervalo de quince minutos, me recrimino al pensar que pude haber hecho más. Si, ambos quisimos decirnos hola, pero no lo hicimos, yo por miedo y también por vergüenza. ¿Y tú?
NOTA
"Para que este proyecto pueda salir adelante les pido que me apoyen con un comentario ya que parte del proceso que estoy realizando es escuchar a la gente porque sé que tiene mucho que decir".
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Entre café y melancolía
ПоэзияLas historias pasan y solo viven en la mente de nosotros, pero un libro no es de uno sino del mundo. Y las historias también.