Madrid.
Madrid mira bonito y su acento es difícil de olvidar. Madrid me recuerda que las cosas buenas vienen en porciones pequeñas y de pequeño que es el mundo he venido a encontrarte donde te conocí.
Madrid me dice que es el momento adecuado para sonreírte de nuevo y le he creído. Y de tanto sonreír he caído en cuenta que te ves como la última vez; apacible y serena. Te ves como esa fotografía que me hubiera gustado sacarte. Exactamente así.
Madrid, entre todo su cotilleo y sus calles aledañas me recuerdan caminar de tu mano; contigo y no junto a ti. Me recuerdan escucharte y apaciguar tus miedos cuando la tormenta se alce al cielo. También me han recordado abrazarte con sutileza y con sinceridad. Y para ser honesto había pensado en lo mismo.
Madrid me cuenta que te debo un beso por cada día que te extrañé y por las incontables veces en las que me hundía en tu mirada. Me dice que debo tomar otro camino, pero nunca desvíos. Que debo andar y no correr para no volverte a dejarte atrás. Entonces le he prometido que no lo haría. Le he asegurado que aun que duela no soltaré tu mano. Porque por sobre todas las cosas, te quiero.
Te quiero en Madrid, en Buenos Aires, en Hawái o en mi cama. Te quiero en la distancia o en la intimidad. Y si, también te quiero por teléfono. Te quiero y ya, no hace falta buscarle más razones.
Madrid canta como yo; de felicidad. Se ha vestido de gala y se ha detenido a darme la enhorabuena. Madrid y todo el mundo han sido testigos de tu "si, acepto".
NOTA
"Para que este proyecto pueda salir adelante les pido que me apoyen con un comentario ya que parte del proceso que estoy realizando es escuchar a la gente porque sé que tiene mucho que decir".
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Entre café y melancolía
PoetryLas historias pasan y solo viven en la mente de nosotros, pero un libro no es de uno sino del mundo. Y las historias también.