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—En serio, él y Geto están muy mal de la cabeza ¡Te lo digo Nanami!


El cuarto diez en el hospital de zona en Tokio jamás fue tan bueno para charlar como lo era en esos momentos con esa chica llamada Shoko Ieri. Nanami algunas horas atrás se despidió de Gojo para seguirla pasando con Yu cómo ya era costumbre; lo malo fue que se olvidó de la visita de Ieri, quién al parecer, estaba bastante indiferente de lo que sucedía tanto con Geto cómo con Gojo, sus dos únicos compañeros de clases.

Por lo que supo en la escuela, Geto había desertado luego de haber ocasionado una riña en una aldea de por ahí en medio de su servicio social. Realmente la escuela solo lo había castigado con una semana de suspensión; pero luego que pasó eso simplemente no regresó.

Por lo que sabía, del lado de Gojo todo estaba bien. Sin embargo, entendía perfectamente lo afectado que debía estar, tan solo por el hecho de que el único amigo que tenía ahí hubiera desaparecido en un abrir y cerrar de ojos.


Así cómo con él.



—¿Por qué lo dices? —Preguntó él dirigiéndole la mirada. Tenía un cigarrillo sin prender en la boca, solo para saborear porque si lo encendía seguro la sacarían a patadas.—¿Qué no se suponía que las cosas se habían calmado ya?

Ella soltó una carcajada, y comentó:

—Gojo tiene viviendo en su casa a los dos hijos del tipo que asesinó, y el otro idiota a dos niñas que se encontró en la aldea esa en la que fue a pelear

Kento la miró con extrañeza, y ella siguió riéndose por su expresión.

—¿Es en serio? ¿Que eso no es ilegal?


—Esos dos se tiran por la borda a la ley, creo que ya deberías saberlo ¡¿O no creés Haibara?!

Nanami sonrió un poquito imaginando el entusiasmo de su amigo, y la castaña se sintió aliviada por robarle algo de felicidad viendo al pelinegro, tan tranquilo, cómo sí estuviera dormido en un día de campo.

Estando tan seguro, tal vez por la presencia de Nanami.

—¿Vino Gojo? —«Esas flores... Seguro que sí vino » pensó ella.—Ha estado muy solitario últimamente, así que es normal que venga para acá a molestar

Nanami se quedó pensando en eso, y en la visita del mayor, en su melancolía y sus ganas de llorar.

En su impotencia.

—¿Él lo sabe?

—¿Qué? ¿Lo de Geto? —Él asintió.—No me atrevo, quizá me mande a la mierda jajaja, aunque creo que sería mejor no contarle


—Eso es un poco cruel, ¿No Shoko?


Ella negó haciendo una señal negativa con su dedo:—Sería peor para ambos, piénsalo, si Gojo llega a encontrarlo nada nos asegura que no vayan a pelear primero, y sabiendo como es Geto lo más probable es que acaben por enemistarse. Suena feo y eso, lo sé, pero es lo mejor

Él suspiró entrecortadamente y ella solo le revolvió un poco el cabello, diciéndole que no se preocupara por eso, porque igual y uno acababa por irse con el otro por pura inercia.

«Son tan idiotas que podría pasar»

«Y luego con eso de que salían, lo más probable es que acaben por ser una familia» reía en sus adentros, imaginandose a ella misma como la típica tía alcohólica que llegaba a alocar a los niños.

Pero, así cómo se veían las cosas, lo más probable era que ese no fuera su final.



Lamentablemente para ellos, no estaban en un cuento.


𝐖𝐞'𝐫𝐞 𝐓𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐫𝐨𝐧𝐠𝐞𝐬𝐭, 𝐑𝐢𝐠𝐡𝐭? • 𝐒𝐚𝐭𝐨𝐬𝐮𝐠𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora