MEMORIAS (Escritos de almas destinadas)

CAPITULO 5 [PARTE 4.1]

>>WIN<<

Comencé a despertar por un dolor en las piernas, pareciera como si mi cuerpo hubiese sido golpeado un poco por el entumecimiento que tenía cuando quise moverme. Al abrir mis ojos vi la causa de mi dolor.

Phi estaba abrazándome reposando todo su peso sobre mi pecho y piernas, vaya que se veía cómodo, pero yo no.

W: — Phi pareces un perro gigante— Le hablé, pero este no respondía, así que saqué del bolsillo mi celular para ver la hora.

W: — ¡Rayos ya es de noche!, Phi tienes que despertar.

Mientras intentaba despertarlo sin ningún resultado, escuché una voz.

Gun (ATP): — ¡Vaya siguen aquí! -dijo con mucho asombro.

Win: — ¿Phi Gun qué hace aquí?

Gun: — Eso debería preguntar yo, ya es muy tarde para que dos nongs estén aún aquí.

W: —Lo siento, es que se quedó dormido.

Gun: — Tu también lo hiciste.

W: —Uhhh bueno si, ¿cómo lo sabe?

Gun: —Hace horas pasé por este salón y los vi babeando a los dos, decidí no despertarlos porque Nong Bright estaba muy aferrado, parece un perro enorme.

W: — ¿Verdad? —Dije riendo

Gun: —Bueno ¿quieres que te ayude?

W: — No, yo puedo sólo.

Gun: — Ok asegúrate de enviar bien a casa a Nong Bright, parece medio zombie.

W: —Si Phi.

Gun: — Apresúrate antes que vuelva a pasar el señor de limpieza.

W: —¿Ya ha pasado?

Gun: —Claro, el me avisó.

W: —Nos ha visto— dije haciendo una cara extraña.

Gun: — Ni te preocupes, él ha visto todo tipo de cosas créeme lo digo por experiencia.

W: —No sé a qué se refiere, pero seré más cuidadoso de no quedarme dormido en el trabajo.

Gun: — Bien, nos vemos—antes de irse Phi Gun me miró y dijo—Ya sabes cualquier cosa que pase, puedes venir a mí.

W: —Si... —hice una reverencia con una mano ya que la otra la tenía atrapada.

Al irse recordé que Phi Gun ya me lo había dicho antes, así que lo tuve más en cuenta. Apenas se fue Bright comenzó a moverse, pero sin levantarse.

B: — No soy un perro—susurró levemente

W: —Así que estabas despierto ¿eh?

B: —Recién lo hice... no iré a casa.

W: —Ajá estabas escuchando nuestra conversación, y sí, te enviaré a casa.

B: —¿Qué? No quiero ir .

W: —Que mal, yo si me voy a la mía.

B: —Así que nong puede ponerse así a veces, tengo una idea llévame a la tuya.

W: — Sigo molesto con Phi, así que no.

B: — ¿Cuánto tiempo estarás resentido?

W: —10 años.

B: — ¿Qué? Eso es mucho tiempo, dale perdona a Phi.

W: — No lo haré.

B: —¿No lo harás? — Dijo mientras me miraba con picardía