Como Luvdiscs en el mar [FluffTober 2021]

Día 26 [Geekchic]

Tema: Perfume

Pareja: Clemont x Serena (Geekchic)

El regalo más común que pudiese darse yacía en las manos de Clemont en esos precisos instantes. Era un perfume, cuya fragancia de flores causaba una buena sensación a cualquiera que lo percibiera. Miró la bolsita donde lo tenía escondido, notando como su mano comenzaba a temblar ante la idea de que Serena, a quien iba dirigido dicho presente, no lo aceptara o le pareciera raro que él le obsequie ello.

¿Y cuál era la razón por la que Clemont, de entre todos los miembros del grupo, tuvo la iniciativa de comprar dicho objeto?

Porque él prestó atención.

Cada día, Serena usaba un tipo de perfume especial. Aquel aromático olor era percibido por él casi siempre que estaba cerca de la pelimiel, y sabía más que nadie lo mucho que ella cuidaba de esa importante reliquia. Sin embargo, un día mientras lella entrenaba junto a su equipo, el perfume, que se encontraba en sus manos, cayó al tropezarse ella, rompiéndose y perdiendo la fragancia restante del frasco, para tristeza de Serena. Para cualquiera hubiese sido un simple cristal que se destruyó y ya, pero Clemont notó como los ojos de la joven se apagaron por la tristeza de perderlo.

— ¿Todo bien, Serena? — le había dicho Bonnie en ese entonces, mientras ella juntaba los pedacitos y se acercaba a un basurero para tirar los restos.

— Sí. — mintió, fingiendo estar bien — Es solo un perfume, ya habrá tiempo de comprar otro. 

Todo hubiese terminado ahí, piensa el líder de gimnasio, hasta que vio sin querer como, en una videollamada de Serena a su madre, se dio con la sorpresa de que aquel perfume había sido regalado por Grace y que, a la performer, la fragancia le recordaba a su hogar. Eso fue suficiente motivo para que Clemont buscara en el basurero el nombre de la fragancia y, luego de buscar por todas las tiendas de Luminalia gracias a uno de sus inventos, corrió lo que pudo hasta poder hallar otra réplica, comprándola con la intención de alegrar a la ojiceleste.

Era de noche cuando regresó al campamento donde se hallaba el grupo. Todos dormían, por lo que dudó de si sería buena idea dárselo hoy. Aún así, tocó la carpa un par de veces, esperando que ella siguiese despierta.

— ¿Clemont? — la ojiazul salió de su carpa, somnolienta y confundida por ver al rubio ofreciéndole una bolsita.

— ¡Te-ten esto! — dijo él, nervioso.

Ella accedió y abrió el regalo, sorprendida al ver el frasco del perfume que tanto le encantaba. Sonrojada miró a Clemont nuevamente, quien parecía que explotaría en cualquier momento.

— Vi el frasco y me pasé el día de hoy buscando en Luminalia esa marca, pues te veías muy feliz cuando lo usabas. No quiero que esto se torne raro, solo quiero que sepas que me alegra verte feliz, eres mi amiga, no pude evitar notar que de verdad te gustaba ese perfume.

Serena, quien solo estaba escuchando hacia ese entonces, tocó su cabello y esbozó la más amable de sus sonrisas.

— Es maravilloso, ¡gracias, Clemont! — le dio un abrazo — ¡Haré que dure bastante! — Él asintió, sonrojado. 

Al final, sí valió la pena.