Como Luvdiscs en el mar [FluffTober 2021]

Día 29 [Laverre]

Tema: Champagne / Champagne o cualquier bebida alcohólica a elección

Pareja: Y x X (Laverre)

Una pena de amores. Esa fue la excusa de Y para presentarse en la casa de X con un champagne y subir a su cuarto para beberlo entre los dos. Este, increíblemente, no puso objeciones, terminando por seguirla no sin antes llevar vasos y cerrar la puerta de su habitación tras de sí. Ella, quien parecía más enojada que triste, le comentaba como es que fue plantada por alguien de quien ni ganas tuvo de comentar su nombre pues «No valía la pena». El champagne que llevaba consigo lo había comprado ella mientras lo esperaba en un restaurante pero, al nunca aparecerse, se fue con la botella y su primer pensamiento fue la casa del entrenador, llevándola a donde se encontraba en estos instantes.

— Si no se atreve a aparecer mínimo debió enviarme un mensaje, ¿no crees? Ugh, si supiera donde vive ya hubiese enviado a Croaky a darle un presente de mi parte. — dio otro sorbo, tosiendo luego de terminar — Me acabaré esto, no por nada gasté dinero, ¿no quieres, X? 

— Solo un poco.

— Bueno, más para mí.

Las horas pasaron con la castaña relatándole desde que conoció a dicho individuo, las ganas e ilusiones que tenía de la cita y como todo se fue al traste en un santiamén. X no sabía realmente qué decir pues, normalmente, siempre es Yvonne quien dirige las conversaciones. Aún así, creyó que lo mejor era dejar que la joven se desahogara todo lo que pudiese para poder realizar una catarsis y sentirse mejor (o, al menos, algo mejor). El champagne ya iba por la mitad e Yvonne se sentó en la cama, al lado del entrenador, ya que se mareaba de tan solo dar unos pasos.

Lo siguiente que sucedió fue un silencio efímero que se cortó al escucharse como la respiración de la chica de ojos grises comenzaba a volverse rápida y algunos quejidos salieron de su boca.

— De verdad quería que eso funcione...

Fueron las lágrimas que comenzaron a caer del rostro de la chica las que hicieron que X se asuste. A él no le gustaba para nada esa escena, pero no sabía qué hacer exactamente para ayudarla. La apreciaba mucho, ya que ella siempre lo apoyaba desde que eran unos niños e incluso lo visitó cada día cuando no quería salir de su hogar. Ahora, con los papeles invertidos, él tenía que hacer algo para animarla. Acercó su mano al rostro de la castaña y limpió sus lágrimas, una tras una, hasta que Yvonne lo vio, sorprendida por aquel gesto.

— Está bien, Y. — dijo X, dándole una cálida mirada — Eres la mejor chica que conozco, estoy seguro de que algún día conocerás a alguien que realmente note eso y te ame de verdad.

No sabía si se debía al alcohol, pero las palabras de su amigo de la infancia lograron que su corazón salte de felicidad y se pusiese nerviosa de golpe. Aturdida por los sentimientos que afloraban en ella, la joven solo acotó a retomar la compostura y mirar hacia adelante, moviendo su vaso una y otra vez.

Entendió entonces por qué su primer pensamiento fue ir a la casa de X.

Él siempre estaría ahí para ella, así como ella estaría siempre para él.

— Te quiero mucho, X. — musitó de repente, abrazándolo — Oye... si en un año ese alguien no aparece ¿crees que podríamos intentarlo? — la joven sentía que la habitación daba vueltas, dejando el vaso en el piso — Digo... nos llevamos de maravilla y nos conocemos a la perfección, por lo que no me parece mala idea.

— Sí. — susurró él, mirando hacia su ventana. La respuesta que esperó a su afirmación llegó como un peso a su hombro, dándose con la sorpresa de que Y yacía dormida plácidamente, recostada en él. Este esbozó una sonrisa, preguntándose si ella recordaría lo que acababa de decir cuando despierte.

Realmente espera que así sea.

Y pensar que faltan dos historias nomás para que esto concluya, qué rápido pasó el mes D: