30/03/2026, Londres (Inglaterra)
Me mirabas de reojo. Yo me hacía la tonta. Sonreías al rozarme como si fuese la primera vez que tus manos sentían el tacto de mi piel. Todavía no había llegado la primavera pero ya habían florecido todos los almendros, el viento soplaba sutilmente y yo estaba acostumbrada a que lo hiciese con fuerza. Tus dedos se enredaban en mi pelo como de costumbre despeinado los mechones que había colocado sutilmente. Sabía que en el momento en el que nuestros ojos conectaran no podría evitar perderme en ellos como cada vez que los miraba y por eso retrasaba el momento.
Las yemas de tus dedos rozaron mi cara, mi sonrisa salió antes de que yo pudiera pensar, mi piel se erizó y me giré. Ya estabas otra vez mirándome con esa cara. Ese gesto que te sale sin pensar cada vez que me miras y que me hizo creer en el amor. Sonríes sin dientes, "qué guapo" pienso sabiendo que sí te lo digo me lo negarás.
No puedo resistir el acariciar tus mejillas y seguir por tu cuello, tu piel me atrapa. Tus ojos hacen lo de siempre y yo, sin más opción que dejarme llevar, te acaricio los labios con los míos como si fuera la última vez.Cuatro años. No te he olvidado. Todas las noches vuelves a mi mente en forma de un sueño recurrente que hace que por las mañanas me sienta vacía porque no te tengo a mi lado.
Hace un tiempo que no sé nada de ti, lucho cada día para no hablarte, por no preguntarte como te va, si ella te hace feliz, pero me dejaste muy claro que yo sólo había sido un error en tu vida. Le pregunto a tus padres por cómo estás, pero ellos evitan hablarme de ti. Tal vez ellos saben algo que me dañará y por eso no me lo dicen, ya que ellos quieren que sane.
Te extraño, no sabes cuanto. Extraño nuestras llamadas, nuestros momentos juntos, esos en los que nos moríamos de risa, esos en los que veíamos series o películas, esos en los que hablábamos de nosotros, esos en los que nos consolábamos. Trato de superarte, pero no puedo. Trato de conocer otras personas, pero en todas te recuerdo. Me dejaste sin ganas de conocer a nadie más. Yo no mentía cuando decía que tú eras mi persona, que después de ti, no habría nadie más.
Sí, me fui. Sin mirar atrás y con un corazón roto que todavía tiene heridas que le cuesta cerrar. Me alegro que sientas la ciudad como si fuera tu casa. Yo nunca me adaptaré al clima nublado y lluvioso de Londres. Echo de menos las puestas de sol en la Barceloneta y los paseos por las Ramblas. Gracias por seguir dándolos por los dos.
Los primeros meses aquí también fueron bastante difíciles de sobrellevar. Me encontraba fatal tanto física como mentalmente. La ansiedad volvió y los pensamientos autodestructivos también. No necesitaba médicos, ni ansiolíticos. Necesitaba que me recortaran los kilómetros porque te juro que pensaba que no podría hacerlo sin ti. Nunca te lo dije, pero cuando yo era la tormenta tú eras mi calma, porque eras la única persona que podía hacerlo, solo por lo que significabas para mí.
Por suerte encontré a la que considero mi ángel de la guarda. Su nombre es Nicole y era compañera de clase en la universidad. Ahora trabajamos juntas en el musical y estamos a punto de iniciar una gira por toda Europa. Es mi mejor amiga, mi confidente y me ha tratado como a una hermana desde que nos conocimos.
Vivo con ella en un pisito en el centro de Londres. Está loquísima, te encantaría conocerla. Estoy segura de que os caeríais súper bien. Bueno, eso sería después de que ella te cortara los huevos. Sabe todo acerca de nosotros, de lo que fuimos y dice que no sabe cómo alguien sería capaz de dejar escapar a una mujer como yo. Yo me río porque la verdad es que nunca fui demasiada mujer y tal vez por eso me dejaste.
No he cambiado demasiado en estos años. Ahora me expreso mejor y soy menos romántica. Sigo soñando aunque quizá de una forma distinta a ti. Escribo mucho aunque también sigo dibujando. No te preocupes, nunca podré dejar de hacerlo. Creo más en mí de lo que podrías creer. Ahora confío en mí, en lo que creo, en lo que hago y en lo que somos. Sigo siendo igual de niña, eso no cambiará nunca. Becquer sigue siendo mi poeta favorito, pero leo un poco más a Lorca. He estado en sitios increíbles que me hubiera gustado visitar contigo. El carrete de mi cámara está lleno de imágenes que tomé pensando en ti. Espero algún día volver a verte y poder enseñarte todos los lugares en los que he estado y la cantidad de gente maravillosa que he conocido. He vivido más la música, la de antes y la de ahora. No te creerías la de cosas bonitas que me ha dado. Me atrevo más. Me sorprendo más. Soy más feliz. Abrazo más que nunca. Tengo menos miedo. Cuido más. Y de vez en cuando, en honor a ti, me pinto los labios de rojo.
Yo también pensaba que éramos diferentes. Ya no sé qué era lo que nos hacía serlo. Antes pensaba que era la capacidad de mirarnos siempre con los mismos ojos hasta que vi la desilusión en tu mirada que se clavaba en mí como si de una espada se tratase, juzgándome como nunca pensé que mis espejos favoritos lo harían. También pensé que nuestros recuerdos nos distinguían, luego vi que nuestras canciones eran de todas y que nuestros poemas viajaban por tus historias de Instagram mencionando a otras. Incluso llegué a imaginarme que nuestras manos enlazaban mejor que ningunas, que las yemas de nuestros dedos serían las únicas capaces de incendiar la piel del otro, que sólo nosotros nos dábamos alas, que el hueco que hay en tu cuello estaba hecho para mí... Ahora sé que nada nos hacía diferentes, sólo éramos dos almas dispuestas a amar dándolo todo hasta romperse, que es lo que hicimos. Rompernos.
No me arrepiento de haberte conocido, a tu lado aprendí muchas cosas. Conociste mi lado más tierno, el más fiel, el más sincero. Despertaste en mí muchas ilusiones... Incluso llegué a soñar con un futuro al lado tuyo. Todavía lo hago. Fuiste y eres mi fuente de inspiración, mis noches de desvelo, y la causa de mis sonrisas y mis lágrimas. Me hiciste tan fuerte y a la vez tan vulnerable. Algunas veces hasta llegué a tocar el cielo con tan solo mirarte. Curaste mis heridas y a la vez creaste otras. Es difícil tratar de olvidarte, tu nombre y tu recuerdo están grabados a fuego en mi mente.
Espero que estés bien, y, ya sabes, si necesitas a alguien de verdad que aquí me tienes. No te encierres en ti como hacías muchas veces, eso solo te hace empeorar.
Cuidate, nos veremos pronto.
Te ama, la que era tu chica de las Converse.
———Enviar———
ESTÁS LEYENDO
La chica de las Converse |Pedri González|
RomanceElla es Keira. Él es Pedri. Ella usa converse. Él no se quita las deportivas. Ella cree en la magia. Él hace magia. ¿Qué pasará cuando estos dos se conozcan? ¿Surgirá el amor o será sólo un capricho? Y lo más importante, ¿será esto suficiente?