(Kobalt POV)
-De nuevo, ¿por qué estamos aquí? –pregunté mirando a Kumi.
Nos encontrábamos en frente del centro comercial con todo el grupo. Aquella tarde había recibido un mensaje de WhatsApp de las chicas diciendo que teníamos que encontrarnos urgentemente. Especificaron el lugar y salí disparado hacia allí, temiendo que se tratase de una emergencia.
Fui el último en llegar. Todos los presentes –salvo las féminas- tenían una cara indescriptible. Cuando me explicaron el porqué de la urgencia yo también adopté aquél gesto.
-¿Es que necesitas un diccionario, niño? –habló molesta la castaña, pero luego su expresión cambió radicalmente.- Te enseñaremos a caminar con swag.
-¿Por qué?
-Hay que marcar presencia –me guiñó un ojo.- Además, -miró a Miyako – tenemos que probar algo.
Miré a los muchachos con preocupación. Por la cara de Master supe que no tenía otra más que aceptar. Suspiré y asentí resignado.
-Me largo –Alex se dio la vuelta dispuesto a irse, hasta que la voz de Kumi lo paró en seco.
-"Alone Together".
No sabía bien qué significado tenía esa canción para ellos, pero, por alguna razón, no me atreví a preguntar. Supuse que era un chiste para dos y que no me tenía que meter. Sea lo que fuere, aquél título tenía la fuerza suficiente para hacer que el gangster parase su acción. El rubio suspiró y regresó los dos pasos que se había alejado de nosotros.
-¿Qué hay que hacer? –preguntó desganado.
La ojiverde sonrió victoriosa para luego sacar de su mochila seis pares de anteojos negros. Nos pasó uno a cada uno de nosotros para que nos los pusiésemos. Lo hicimos.
-Miyako, haznos los honores. Kobalt, presta atención e imítanos.
Asentí. Mi amiga gótica lideró al grupo con una caminata lenta hacia la entrada del shopping. Abrió la puerta como Elsa en "Let it go". La pelirroja tomó el celular que su mejor amiga le había dado hace unos minutos. Del parlante de aquél aparato comenzó a sonar "Back in Black" de AC/DC.
Las personas se giraban a vernos caminar, como dirían las chicas, "con swag". Fue muy divertido, aunque ese pequeño sentimiento de vergüenza llenaba mi ser. Frenamos en frente de la fuente central, donde se terminó la canción. La castaña suspiró satisfecha.
-Y así es como se hace –dijo dándose la vuelta.
Cuando iba a asentir sentí algo chocándose contra mí. Dirigí mi vista hacia la cosa que había impactado contra mí. Una chica de cabello negro corto estaba sentada en el piso sobándose la cabeza.
-¡Itte-te-te-te!- dijo con una voz y expresión de niña.
-Lo siento, ¿estás bien? –pregunté tendiéndole la mano para que se levantara.
Las mejillas de la muchacha se tiñeron de un tierno rosa. Tomó mi extremidad y se puso de pie. La morocha llevaba una camiseta del color de su pelo, tenía estampada la imagen de un simpático dinosaurio diciendo "Rawr". Sobre las piernas traía un short azul. De calzado usaba unas Converse algo rotas.
-Lo siento, no me fijaba por donde iba.
-No hay problema –sonreí.
En el fondo escuché como Miyako cambiaba la canción y ponía el tema de Dark Vader. Sentí sus miradas apuñalar a la chica. Al parecer esta también lo notó, pues se puso notablemente nerviosa. Soltó mi mano incómoda.
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Co. 59 27
Ficção AdolescenteChico nuevo, año nuevo, chicas babosas nuevas, gente nueva, típico. Lo único que no se esperaba Kobalt era a aquél chico de bufanda roja y ojos verdes. No era como el resto, eso era claro. Según le contaban era alguien amable, tierno y que siempre a...