~Especial de Navidad~ #2 - Osos y películas románticas.

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¡Hola de nuevo! :DD Acá está la segunda parte del especial de Navidad ¡Yaaay! ¡Llegué a tiempo! :'DD (Por lo menos en Argentina xD)

Lamento informarles que esta no tiene lemon xDDD Aún así espero que lo disfruten :33

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(Kumi POV)

-Lo siento, me tengo que ir.

-¿Ah? ¿Ya? – protestó Lisa con un puchero.

Master  bajó delicadamente a Kobalt al suelo, mas su agarre alrededor de su cintura no se zafó. La sonrisa que tenía desapareció.

-¿El Neanderthal descerebrado? – preguntó con un tono serio.

Asentí con una pequeña curvatura en sus labios. Mi hermano suspiró para luego imitar mi gesto.

-Bien, ve.

Mi sonrisa se amplió.

-Gracias- susurré para luego irme apresurada.

El calor golpeó mi cara. Ugh, detestaba que las fiestas fuesen en verano. Quería que fuese como en Europa; tener "una blanca Navidad" era uno de mis sueños. Aunque, claro, eso no iba a ser posible hasta dentro de unos años.

Caminé por las oscuras calles hasta llegar a una de las plazas centrales.

Todo estaba hermosamente decorado. Luces brillaban en todas partes y, en el centro de todo, se elevaba un gran pino. Me quedé un rato mirándolo asombrada. Amaba la época navideña (a pesar del calor), simplemente me parecía hermosa. Mi momento de admiración terminó al recordar por qué había venido.

Busqué con la mirada una cabellera dorada entre todo el tumulto de gente. No tardé mucho en encontrarla.

Alex se encontraba sentado en una de las tantas bancas del parque comiendo un helado. Me le acerqué y me senté a su lado. Increíblemente no notó mi presencia hasta que le saqué un pedazo de aquella fría comida.

-Limón- susurré sorprendida.

El de ojos claros me miraba perplejo. Lo vi indiferente.

-¿Qué? -pregunté.

Al parecer eso lo devolvió a la realidad pues un leve tono carmín se apoderó de sus mejillas. Acercó su cara a la mía, lo cual hizo que instintivamente cerrase los ojos avergonzada. Una sensación cálida en la comisura de mis labios me los hizo abrir de golpe. El estúpido Neanderthal se relamió los labios mientras me miraba divertido.

-Tenías un poco de helado ¿Qué? ¿Creías que te iba a besar? -habló socarrón.

-¡Idiota! -exclamé golpeándole el brazo.

Una risotada se escapó se sus labios. Aparté mis ojos sintiendo como el calor aumentaba en mis cachetes. Me acarició suavemente el cabello captando nuevamente mi atención. Sonrió para luego pararse y extenderme la mano.

-¿Vamos?

Asentí y tomé su extremidad; nuestros dedos se entrelazaron. Caminamos por la ciudad mientras conversábamos de cosas triviales. Había momentos en donde nos quedábamos callados, pero eso no era ningún problema. Cuando ningún ruido era emitido nos limitábamos a comer el helado de limón del rubio.

Tampoco nos molestábamos ante las miradas ajenas. Muchas personas nos miraban extrañados debido a la diferencia de altura, algo de lo cual ya estábamos acostumbrados.  Alex era una cabeza (tal vez dos)  más alto que yo, por lo tanto llamábamos mucho la atención. De mi estatura salió el apodo de “hobbit”-  forma de la cual el Neanderthal siempre me llama.

Co. 59 27Donde viven las historias. Descúbrelo ahora