Don't blame it on me | HYUNIN

DOCE

— Nos vemos la siguiente clase chicos, no se olviden de traer su avance de sus hermosas cerámicas — habló aquella mujer de cabellos ondulados — disfruten su fin de semana.

— Adiós profe, nos vemos.

— Adiós señorita, Cha.

Guardó sus cosas en su bolso, no tenía prisa, por eso se tomó el debido tiempo en limpiar sus instrumentos, hasta que sintió la mano de alguien posar su hombro. Era su profesora, la dulce profesora de arte a la que tanto le tenía aprecio.

— ¿Todo bien, Hyunjin?

— Sí, todo está bien, profesora Cha.

— Te observé un poco distraído el día de hoy — la mayor posó su mirada en el trabajo de su alumno y sin poder evitarlo notó ese moldeado tosco — no te preocupes por eso, se puede arreglar.

— Pensaba hacerlo en casa.

— Es un bonito jarrón — Hwang no respondió — Hyunjin, sé que no estás del todo conforme con este taller y lo entiendo, lamento mucho que no haya habido cupos en el taller de pintura pero...

— No importa — le interrumpió dejando de secar sus pinceles — en realidad fue lo mejor, no hubiese podido lograr nada después de todo.

— Pero pintas hermoso.

— Lo dice sólo porque es mi maestra y parte su trabajo es motivar a sus estudiantes, aunque estos carezcan de talento.

— Eres muy pesimista — suspiró cruzando de brazos, ignorando el hecho que eso sonó un poco hiriente — mi trabajo es brindar motivación, es cierto, pero mi pasión está en enseñar lo que amo y cuando veo que alguien tiene ese mismo sentimiento por el arte ¿No se supone que debo impulsarlo a superarse?

Con algo de prisa se alejó trayendo de su escritorio un cuaderno de dibujo, lo puso suavemente sobre la mesa en la cual se encontraban las cosas de su alumno y con su dedo índice entre las páginas le indicó que observara cierta cosa. Habían algunas manchas que habían caído en ese lugar, se notaban mucho que fue intencionalmente ¿Quizá un accidente con los pinceles mojados? Tonto descuido de principiante.

— ¿Qué ves aquí?

— 7 manchas.

— ¿Seguro que son solo 7 manchas?

— No entiendo.

— Vamos Hyunjin, usa tu imaginación y dime qué podrías hacer con estas 7 manchas en este cuaderno.

¿Tenía elección? Aunque deseara demasiado quejarse por la presión de su maestra en tratar de hacerle entrar en razón, no podía sólo ignorarla, era demasiado amable y considerada como para solo irse. Observó detenidamente las manchas no estaban demasiado juntas, tenían una ligera distancia una con la otra, además de que el color que poseían era de un tono muy claro al del marrón, resultaron ser manchas de café que tenían una ligera apariencia con las pecas o lunares en el cuerpo de alguien. Entonces fue que usó su imaginación y vio el rostro de una mujer, con muchas pecas en el cuerpo sosteniendo un bonito gatito persa de manchas marrones, la cual usó como referencia la marca más grande del papel.

— Una mujer con muchas pecas con un gato en su regazo.

— ¿Podrías dibujarlo?

Al ver que la mujer le extendió un lápiz de carbón, sintió algo de presión sobre sí mismo, pero aún así tomó aquel objeto y empezó a trazar unas líneas. El salón de clases siempre tenía canciones de fondo, logrando ese ambiente mágico que inspiraba a demasiadas personas ¿Pero a él? Bueno, a veces se sentía bien con lo que hacía, otras veces se odiaba por no haber logrado lo que deseaba y casi siempre solo juzgaba en silencio sus capacidades. Trazando uno y borraba otro, era un indeciso a la hora de crear y es que el arte siempre tiene sus cosas para poder lidiar, es por eso que le gustaba tanto perderse con cada línea marcada en una hoja y luego llenarlas de color, combinar entre el verde, azul y amarillo, difuminar con carboncillo y usar agua para efectos preciosos con las acuarelas. Más no estaba a la altura de nadie, era un simple y tonto soñador que...