Don't blame it on me | HYUNIN

VEINTISÉIS

"Imbécil de mierda, espera a
que te vea otra vez"

"Ojalá que te sigas escondiendo
como la rata cobarde que eres,
hijo de puta"

"¿No vas a contestarme? Eres
un maldito cobarde ¿verdad?"

"Sigue evitándome, igual te
voy a buscar y te voy romper
las piernas, no te vas a salir con
la tuya ¿entendiste?"

"Estás muerto, Yang Jeongin"

Volvió a cerrar su Instagram y tiró su celular a la cama cuando sintió algo de miedo por aquellas amenazas constantes, ya iba casi una semana desde que empezó a recibir mensajes de odio de parte del sujeto al que golpeó en el bar. Creía que podría manejarlo, bloquearlo e ignorar que existía el acoso diario ¡Pero ya estaba al borde! Si hubiese sabido que iba a tener este problema todos los días, preferiría nunca haberle dado su merecido a aquel idiota. De todas formas, no quería aferrarse a la idea de estar siempre escondido, pidiendo favores a Jisoo para que lo lleve a casa o suplicarle a Seungmin para que le pida un taxi todos los días sin falta alguna sin importarle el precio que desperdiciaba en un solo viaje ¡Estaba asustado! No quería que su situación pase a mayores, porque si tenía que pelear, lo haría sin excusas, pero ¿llegar con un moretón en la cara al trabajo? ¿Qué diría Hyunjin si lo viera? No deseaba que las cosas salgan a flote de esa manera tan vulgar, ahora mismo estaba demasiado arrepentido de haber conocido a gente tan tonta en ese bar por un maldito trago gratis.

— Jeongin — se oyó casi inaudible luego de que el timbre se escuchara en la entrada — ¿Estás ahí?

Se bajó de su cama toda desordenada y cojeando debido al calambre que sintió en su pierna derecha, abrió la puerta de su hogar al saber perfectamente que se trataba de la señora del edificio, Choi Ji Woo. Una mujer tan elegante como risueña, no había mejor lugar para vivir que en el gran edificio de la señora Choi.

— Buenos días, Jeongin.

— Señora Choi, buenos días ¿Sucedió algo?

— Vengo a traer tus cartas que no has ido a recoger, tu madre te ha escrito mucho, pequeño despistado.

— ¿En serio? No puede ser — recibió las cartas y agradeció a la vez, leyendo ahora las fechas de cada una de ellas — me alegro que sean de esta semana, si hubiesen sido de más mi madre me mataría.

— Debes de revisar tu buzón de vez en cuando, piensa un poco más en cómo se siente tu madre al no saber de ti, en vez de estar mucho tiempo con ese chico lindo.

— ¿Chico lindo? — oh, verdad, Hyunjin — ah, lo siento, prometo hacerlo señora Choi, muchas gracias.

— De nada, cuídate mucho Jeongin-ah, nos vemos.

— Nos vemos, que tenga buen día.

Al irse la mayor, cerró la puerta con cuidado y separó las 4 cuartas de su madre y una que no tenía nombre. Por pura curiosidad decidió primero abrir esa, ya que no es de recibir correspondencia de otras personas que no sean sus padres o familiares cercanos.