DIEZ

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Tenían demasiado miedo de ser descubiertos, no habían dejado de disfrutar del tacto del otro hasta que oyeron pasos cerca de donde estaban y casi por inercia se separaron asustado, continuando con su camino y al fin lograr conseguir un taxi que los llevara a su destino. Al ya estar dentro del vehículo, el menor no se dispuso a responder con la dirección de su casa porque según él, no podía recordarlo con exactitud y solo optó por responder que le dejara en algún lugar seguro en el que pueda pasar la noche ahí. Su respuesta no era la que esperaba, pero sus nervios por la propuesta le hicieron pensar en un solo lugar ¿habrá algún problema con ello? El conductor volvió a preguntar la dirección y al ver su rostro de molestia, sólo dio su propia dirección.

El departamento que tenía no era la gran cosa, pero de tener sus comodidades, las tenía. Dejó las llaves en la mesa mientras se quitaba el abrigo, Jeongin lo imitó haciendo lo mismo y como si no estuviera satisfecho con lo ocurrido hace minutos atrás, abrazó al mayor por la espalda cuando éste se encontraba sirviendo un vaso con agua en su cocina. Se giró algo confundido por ese agarre de sus brazos a su cintura, lo vio ahí sonriente apegando su curioso rostro sonrojado a su cuerpo ¿debería ponerse firme ahora? ¿Luego de esa sesión de besos que tuvieron? El rostro de Jeongin le gritaba que no, pero su cabeza le decía que era mejor no hacer nada de lo que pueda arrepentirse.

— Debes de estar algo cansado, ven, tengo un cuarto de visita.

— Hyunjin hyung

— ¡Atrás! — antes de que pudiera sujetarlo, el mayor se alejó de él con 6 largos pasos — n-no es seguro acercarme.

— Hyung — intentó seguirle, pero sus esfuerzos estaban siendo en vano, pues Hyunjin seguía dándole la contra — no seas tímido, ven acá — soltó tratando de convencerle, pero fallando al ser su lejanía más notaria — no te voy a morder.

— Disculpa, pero te recuerdo que el que nos llevó a esta extraña situación fue el borracho inconsciente en frente mío — le respondió sin dejar de retroceder — además, no quiero que te arrepientas de nada, y-yo jamás te haría daño o algo que te hiciera sentir incómodo.

— ¿Acaso hay algo malo conmigo?

— N-No, claro que no, es solo que n-...

— ¡Te tengo!

¿Cómo fue que lo alcanzó tan rápido en cuestión de segundos? Podría ponerse peor en realidad, él esperaba lo que sea cuando lograra alcanzarlo, pero jamás creyó que abrazarlo mientras se recostada en su pecho con tanta alegría sería una de ellas.

— Es tan cálido...

— Ajá, pero no soy tu almohada Jeongin.

— Eres más que eso... — alzó su rostro y le miró fijamente — eres mi amigo — luego volviendo a recostarse en su pecho — MI amigo — agregó entonando con gran demanda la primera palabra.

Se quedó sin palabras, estático mientras esperaba al siguiente movimiento para volver a ponerse a la defensiva, era importante para él no acceder a nada de lo que el menor dijera o deseara realizar porque ¿Qué de bueno saldría de ello? ¡Exacto! Nada bueno o correcto.

Pero dejando todo lo demás de lado, apreciar su rostro adormilado sobre él estaba siendo algo... curioso. Bonito a decir verdad, pensó.

— Hyung...

— Dime.

— ¿Me darías un beso? — antes de siquiera contestarle, se interrumpió así mismo por aquel dedo índice posicionado a esos labios de tono pastel de Jeongin, lo que hizo que él quedara hipnotizado por su apariencia preciosa — solo un beso, Hyung... ¿Podrías solo — le observó ahora haciendo un leve puchero — besarme?

Don't blame it on me | HYUNINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora