VEINTICUATRO

291 47 7
                                    

Bostezó caminando hacia su departamento con sus bolsas de compras, salir muy de temprano era aburrido y daba demasiada pereza ¿pero de quién era la culpa? De él, por supuesto, nadie le dijo que vivir sólo dependía de muchas cosas equilibradas y su refrigerador no era la excepción ¡ya no había víveres! A penas y llegó al fin de semana con suficientes bolsas de ramen para comer, si no, pobre de su tonta alma.

Como sea, hoy era un bonito día para ver a su novio — "novio", que bonito se oía eso — ¡Pero el muy condenado no le avisó que hoy era su segundo paseo a un museo de arte y que no volvería hasta las 8 de la noche!

De igual forma no hubieran hecho casi nada, últimamente sólo se la pasan jugando videojuegos y comiendo, su relación se volvió algo tímida con el pasar de los días y todo fue por culpa de los nuevos apodos cursis que Jeongin incentivó usar. Admitía en parte que se sentía feliz que su hyung fuera considerado a usar lindos apodos con tal de complacerlo, ya que sabía que a él no le agradaba del todo ser demasiado romántico, pero era tierno ver su intento de hacerle sentir feliz ¡Es que Hyunjin era un amor de persona! No podía estar menos enamorado, cada día aumentaba su cariño hacia él.

Día de descanso, toda una tontería ¡ni Seungmin quiso acompañarlo hoy!

Todo le llevaba a pensar que es el día en que Yang Jeongin tenía la noche para él solo, eso no era del todo bueno porque estando sin supervisión ¿Qué no podría hacer? No, mejor dicho, ¿Qué no iba a hacer? ¡Exacto! Hoy el bar de siempre estaría vacío y su estante de licores necesitaba una buena botella de vino semiseco o lo que sea que pueda comprar con su salario. Ha pasado mucho tiempo en el que no visitada ese local, exactamente desde que conoció a Hyunjin, lo cual lo confunde demasiado, se suponía que su noviazgo con Hyunjin no debería de ser un problema con continuar con sus costumbres diarias o lo que fuera que solía hacer antes.

— ¿Jeongin?

Aunque en algunas ocasiones es mejor no hacerlo, pues uno que otro error ocurrido en ese entonces puede aparecer así de la nada y buscarte conversación cuando claramente habían dicho que no se encontrarían otra vez ni para darse el "buenos días".

— Hola.

— Mira nada más, pero si es el solitario Jeongin — el sujeto con el que había compartido una copa hace meses atrás ahora lo estaba abrazando — ¿Qué tal, cariño?

— Deja de llamarme así — quitó el brazo de su hombro con total desprecio e incomodidad — y no me toques.

— ¿Pero por qué? No es como si fuera la primera vez que te toco algo.

— No lo he dicho por eso, en realidad me vale un carajo hablar contigo.

— Quién diría que el niño solitario de un bar tuviera una lengua tan buena para decir lisuras, aunque también recuerdo que besabas bien — Jeongin frunció el ceño y le dio la espalda para irse — hey, no te vayas, ven, vamos a tomar un trago.

— No gracias, si quieres tomar consíguete a otro a quien engañar, Lee.

— ¿Aún sigues resentido conmigo? Pero si yo no te hice nada — se detuvo en seco al oír lo que dijo — ¿ahora me vas a decir que tú no querías eso?

— ¿Qué cosa? ¡Ah! ¿Te refieres a engañar a alguien con decirle que le vas a acompañar a tomar el autobús para luego llevarlo a tu casa a pesar de que se negó reiteradas veces? Y por supuesto, para que luego de eso le obligaras a besarte la estúpida boca ¡Maldito desquiciado!

— Me haces quedar como el villano aquí.

— Pues te recuerdo que yo estaba ebrio, te pedí que me dejaras en el paradero y ya, ¡apenas y conocía la ciudad, Lee! ¿Por qué me iría a la casa de alguien estúpido como tú? — el hombre mayor alzó los hombros restándole importancia y metiendo sus manos en sus bolsillos de su abrigo — Eres un...

Don't blame it on me | HYUNINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora