Novena nota

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— Lo que me gustaría preguntar, es el por qué no viniste antes, es molesto que no lo hayas hecho ¿sabes? — La voz atenuada del otro joven se oyó desde algún lugar dentro de esa casa.

— ¿Por qué lo sería? — Sirius terminó de quitarse el abrigo y también le puso fin al encantamiento de transformación. Era el mismo Sirius Black que las personas solían ver. — Yo, a diferencia tuya, tengo un colegio y clases a las que asistir.

— ¡Oh vamos! Sabes tan bien como yo que NO disfrutas de esas "clases" tuyas — El joven se apareció en el dintel que conducía a la sala.

— Que no las disfrute no quiere decir que falte a ellas — Sirius sonrió e ingresó a la sala.

La sala de ese hogar no era muy amplia, sin embargo, en la única mesa que había, descansaba un pensadero.

— Otra vez esto uh- — A Sirius no le agradó la idea.

— Supuse que te sería familiar, veo que supiste cómo usar las cartas que envié — Ese joven, que era algunos centímetros más alto que Sirius, también sonrió, pero Sirius no devolvió la sonrisa.

— No fue una experiencia grata, debo decir. — Su expresión era amarga — Sin embargo, ya que esta es la primera vez que nos vemos en persona.. Las preguntas adecuadas son: quién eres tú, y por qué te pusiste en contacto conmigo.

— Ambas preguntas tuyas.. ya las respondí, sin embargo, en la primera carta. Este.. es el paradero final de uno de mis múltiples viajes, también espero que sea el último... y quiero que tenga un final feliz.. También me pregunto el por qué mi final feliz debe estar en manos de alguien como tú. — Esa sonrisa no se borró de su rostro en ningún momento, pero con su ultima frase, se vio completamente desagradable.

— Quien me eligió fuiste tú, pero es mi decisión el ayudarte o no, no lo olvides — Sirius sonrió otra vez, levantando la mirada, pero sus ojos no sonreían en absoluto, esa era una advertencia.

La otra persona rio con ganas — Definitivamente fue una buena elección — Dijo aún entre risas — Tengo curiosidad por saber cómo se desarrollará todo más adelante, pero no podré quedarme para ese entonces, y todo dependerá de tí.. es tan frustrante que quiero ahogarme en ello, en especial porque no es algo que pueda hacer por mi cuenta — Al decir esto, sacó dos pequeños frascos de su saco y vació uno de ellos en el pensadero. — Adelante, esto es para ti, decide si quieres hacerlo o no. — Mencionó con una sonrisa aparentemente amable.

Sirius no dijo nada, en vez de eso, se inclinó con cautela y se sumergió en el recuerdo.

Severus decidió no ir a la biblioteca a la hora de almuerzo, al contrario, se dirigió a su habitación, la mañana transcurrió lenta para él. Y el último encuentro que tuvo con el mayor de los Black no fue precisamente placentero.

No entendía a ese Gryffindork ¿Qué planeaba hacer? Portándose agradable a veces y otras solo pasando de él, era confuso porque sus acciones no tenían un patrón definido.

Al llegar a su habitación se quitó la túnica y se acostó en la cama. Tras permanecer mirando el techo por algunos momentos, se inclinó hasta llegar al aparador al lado de su cama, extrajo la libreta y pasó las hojas. En la que le tocó leer, notó la letra desvaída en color, pero los trazos eran enérgicos, llenos de alguna emoción fuerte. Eran trazos inusualmente descuidados, Severus sintió curiosidad.

Duele

Me duele y sé que también a ti, pero me duele más porque sé que esto es mi culpa

Al ingresar al pensadero, lo primero que vio fue su habitación, vio carteles de chicas, algunos banderines y cosas con los colores de Gryffindor y recordó que muchas de esas cosas en ese tiempo no era realmente su gusto, pero lo hizo todo para rebelarse, disgustar a su madre. El niño sentado en la cama probablemente pensaba de esa manera también.

La libreta de un merodeadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora