Tratarte bien pt.2

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— Pa-padfood? — Remus se incorporó rápidamente en cuanto vio la silueta de su amigo paseando por la habitación.

— ¿Tuviste una buena noche? — Sirius se quitó la camisa blanca que traía puesta y buscó en su baúl alguna otra que pudiera utilizar. — Cuando entré estabas dormido así que... pensé que era mejor que descanses, después de todo, el gran día no está muy lejos de estas fechas jajaja — se carcajeó suavemente y mantuvo una sonrisa cálida en el rostro, luego encontró una camisa negra y se la puso. Había una pequeña firma bordada con hilo blanco, en el borde izquierdo del final de la camisa; supuso que la firma no se notaba al estar la camisa dentro de los pantalones pero que generaba contraste si se hallaba fuera. Aún tomando en eso en cuenta, Remus no pudo evitar preguntarse si su amigo, verdaderamente, no tenía esa extraña manía a marcar todo lo que era suyo.

El ojimiel sacudió su cabeza con fiereza, en un vano y muy poco sofisticado intento de evaporar pensamientos innecesarios. Con duda y un poco de arrepentimiento soltó la pregunta que se supone, debía hacer.

— ¿Vas a salir? — se incorporó lentamente y se cuestionó ¿Cuándo se había quedado dormido por segunda vez? Y también ¿Qué hora era?

— Bueno... Hace frío hoy, incluso puedo decir que es algo más que lo usual, — Sirius agarró una toalla para secar su cabello y Remus recién notó que este estaba húmedo. Realmente ¿Qué tanto había dormido para estar tan bobo? — je, así que pensé que una cerveza de mantequilla era perfecta para la ocasión ¿Irás por una también? — Sirius terminó de secar su cabello y rápidamente lo peinó sin cuidado hacia un lado. Al menos el alboroto en él era menos notable, así que, de cierto modo emitía un aura cool sin llegar a "soy  elegante" ni a "Tal vez vivo bajo un puente y no conozco la existencia del peine"; era simplemente un punto medio — Creo que ya va siendo hora de cortarlo mmn — susurró para sí mismo mientras enroscaba algunos mechones delanteros en su índice derecho.

— Umm — Remus se estremeció, estaba nervioso por el "favor" que James le pidió, ¿Realmente tenía que hacerlo? Porque no quería, de hecho, quería y podía hacer de todo menos eso. Por su mente, sisearon las posibilidades; podía fingir que tuvo una inusitada demencia matutina e ignorar olímpicamente el retorcido favor que pidió James, pero de hacerlo así y que ocurriese algún problema en Hogsmeade, no sería perdonado fácilmente; por otro lado, si decidía "mantener ocupado" a Sirius ¿Qué había que perder? El ojimiel soltó un suspiro lleno de agotamiento, obviamente, si optaba por esta opción, perdería valioso tiempo de estudio para los exámenes y su no tan infinita paciencia, al intentar que el mayor de los Black se estuviese quieto y sin armar escándalo o alboroto, el mayor tiempo posible.

Así que... por haber aceptado tan descuidadamente, ahora debía encontrar una manera de evitar que Sirius fuese a Hogsmeade a causar el supuesto "alboroto"... — Depende de la hora ¿Qué hora es? — Remus examinó su ropa de lejos; el sweater que se puso antes, estaba bastante arrugado y el aroma que desprendía ahora no era precisamente a "ropa limpia", debido a que volvió a dormirse, así que se lo quitó y lamentó sus acciones pasadas. Deseaba volver en el tiempo para conocer a su yo de hace algunas horas y abofetearlo para que este, a su vez, no se quedase dormido poco después de la huída de James. ¿Era mucho pedir?

— Estoy seguro que la última vez que revisé, eran las nueve y cuarto; pero de eso ya a pasado un tiempo, calculo que deben pasar de las diez ahora — El más alto tomó una de las capas gruesas que tenía en el armario y la puso sobre sus hombros — Por qué ¿Tienes algo que hacer? — Sirius observó con curiosidad y casi incredulidad cómo su no tan pequeño  amigo se movía desenfrenadamente por la habitación, en busca de sus prendas de vestir.

Por su parte, Remus maldecía internamente; estaba seguro que sus ropas tenían pieces propios, no existía ni había cabida para otro motivo ¡Claro que no! ¡Por supuesto que no era a causa de su flojera y su intento de lavar lo mínimo, que, ahora había desperdiciado su última prenda con olor a "limpio y fresco"! ¡Tampoco se debía a que, por el estrés, no había tenido cabeza para ordenar sus pertenencias, dejándolas tiradas a su suerte por aquí y por allá alrededor de la habitación! ¡No!... No... ¿No?... Bueno... Tal vez... Tal vez y solo tal vez, ese podía ser el caso...

La libreta de un merodeadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora