Las clases pasaron bastante lentas, algo que aburrió en extremo a los Merodeadores y a Severus.
Hacía un día espantoso en todos los sentidos. En el desayuno llegó el correo matutino y algún Slytherin de primer año recibió un Howler, los de años mayores estaban escandalizados y comenzaron a evitar a el pobre niño que estaba sumamente abochornado, Severus sentía pena ajena.
La primera clase fue la de Transformaciones con Gryffindor y por algún extraño motivo Severus notó a los Merodeadores demasiado callados, tal vez habían peleado pues ninguno de los otros tres le dirigía la palabra a Sirius ¡Nisiquiera James! Y eso ya era decir bastante. Y también estaba el hecho de que Sirius estaba encabronado, había estado de malas pulgas todo el día y no fue al comedor para el desayuno o el almuerzo ¿Es que acaso ese tipo no necesitaba la comida o estaba haciendo ayuno? Severus no lo entendía y había intentado alejarse de él todo el día, no quería tocarle los cojones.
Pero no pudo evitarlo cuando después de clases fue a la biblioteca y lo encontró leyendo un libro en el sitio que usualmente él ocupaba.
— Hey, Black — Había intentado soltar la voz más cáustica que tenía y hacerle saber al Gryffindork que si quería joderle, él no se quedaría callado. Cuando el pelinegro levantó la vista y aquellos ojos grises lo escudriñaron, Severus no pudo evitar temblar un poco.
— Qué quieres — Esa había sido una pregunta pero no sonó como tal, mas bien sonaba inusualmente fría, su voz era más grave de lo normal y entonces Severus entendió que Sirius estaba realmente molesto, aunque casi, por no decir nunca, lo había visto así.
— Estás ocupando mi lugar — Severus señaló el asiento con unos de sus dedos, luego a Sirius y finalmente a si mismo, era como si le estuviera explicando algo a un niño pequeño o (en este caso) tratando a Sirius como un idiota.
— Quejicus, — Ante el apodo Severus frunció el seño claramente enfadado. — Me parece que hay otras tres sillas vacías en esta mesa, siéntate en la que quieras pero por hoy No Me Jodas. — Las últimas palabras Sirius las había dicho lentamente y poniendo enfasis y separación en cada una de ellas.
— En las otras da el sol Black, además...
Sirius no le dejó seguir hablando pues en ese instante levantó la mano y la puso hacia en dirección a él, esa era una clara e infantil forma de decirle *Habla con mi mano* mientras volvía su vista para continuar con su lectura.
Resignado, Severus se sentó en una de las sillas en las que a pesar de que daba el sol le mantenía alejado del mayor de los Black.
Había pasado tal vez media hora desde que había estado haciendo sus deberes y una somnolencia se había apoderado de Severus haciéndolo caer dormido sobre el pergamino que había estado escribiendo.
Y habían transcurrido unos siete minutos para que Sirius se diera cuenta de lo que pasaba con Severus.
— Eres un verdadero tonto Quejicus, mira que dormirte aquí... — Sirius se había levantado de su asiento y por un momento pensó en hacerle una broma a Severus pero tan pronto como le vino ese pensamiento desapareció, no estaba de humor ni para bromas ese día. Así que quitó el pergamino que Severus había estado escribiendo para que este no se arruinara, tapó la tinta y alejó la pluma de la mano de Severus.
Sirius se sentía de lo más extraño, ¡estaba ayudando a su peor enemigo! Y de hecho era en gran parte por culpa de él la discusión que había tenido con sus amigos. Algo estaba mal con él, muy mal. Desechando todos sus pensamientos puso a Snape en una postura más cómoda para que pudiera dormir tranquilo y notó que este estaba muy frío, apesar de que el sol le daba.
— Eres raro Quejicus — Sirius hizo aparecer una de las capas abrigadoras que él tenía y la colocó por sobre los hombros de Severus, como si esta fuera una manta. — Me pregunto... Por qué es que me desagradas tanto, quisiera saber la respuesta — Sirius pasó dos de sus dedos por una de las mejillas de Severus y esta se sintió extrañamente suave al tacto. Asustado retiró sus dedos rápidamente y se separó de Severus con brusquedad provocando que casi perdiese el equilibrio. — Debo de estar loco, muy loco... Completamente desquiciado.
Murmurando cosas Sirius alistó sus pertenencias y salió de allí a paso ligero, estaba distraído y no notó que en su intento de escape había derribado a Remus, quien lo vio desaparecer por la puerta de la biblioteca y luego observó el lugar por el que Sirius habia venido. Se levantó y caminó hacia allí encontrándose con un Severus sonrojado y con una mano sobre la mejilla que, además, traía una de las capas de viaje de Sirius sobre los hombros.
Por otro lado, Severus se hallaba completamente pasmado. Había despertado en el momento en que sintió como alguien lo movía, pero no abrió los ojos por temor tal vez, luego había escuchado la voz de Sirius decirle algo que él entendió a la perfección debido a que el Gryffidor se encontraba bastante cerca, o eso suponía él. Sintió como colocaba algo sobre él, algo tibio y suave que calentó su espalda, y finalmente sintió unos mano acariciar su mejilla. Fue ahí cuando su cerebro decidió desconectarse y cuando escuchó que el Gryffidor se había ido, se enderezó en su silla casi automáticamente.
Howler: Vociferador.
Cáustica: Glacial
Gryffindork: Fusión de palabras que significan "Gryffidor idiota".❄️❄️ḶḭḀḧ❄️❄️
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La libreta de un merodeador
FanfictionCaminando por los pasillos Severus se encuentra una libreta y aunque esta no tiene el nombre del dueño, él decide recogerla.