Séptima nota

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Personas raras me acechan

Severus torció el gesto frente al inusual y bastante extraño comienzo de esa nota. Las anteriores tenían maneras más sofisticadas, sin embargo, esta parecía contener bastante del alma y personalidad de un señorito de once o doce años que escapó de casa sin rumbo fijo.

No creo que sean malos, pero también tengo la leve sospecha de que me siguen desde ayer...

Pueden haberlo visto, cuando hice levitar a el perro enfermo, para evitar que lo atropellen.

Tengo miedo de lo que puedan hacer ahora, después de todo... Realmente no tengo un lugar al que ir.

Soy repudiado en mi hogar (de cierto modo ya me lo suponía), ser un Gryffindor en la casa Black está prohibido, de hecho, está prohibido todo a menos que no seas Slytherin. Y aún más el ser Gryffindor.

No hay nada que comer hoy y estoy lejos de algún centro poblado, las casas de aquí parecen requerir ayuda urgente para poder albergar a alguien (de lo contrario, siento que se caerían al mínimo toque).

Mientras divagaba ayer, recordé algo... Realmente no importa cuantas notas escriba, nunca las leerás, ya que no te di el diario.
Recordar ese pequeño detalle... Es duro, me siento más solo aún.

Las personas que me seguían, tienen ropas antiguas y desaliñadas, que intentan cubrir bajo grandes túnicas.
No sé si sepan quién soy, pero tengo una leve idea de quienes son ellos. Debo volver a ese lugar si ellos realmente son del ministerio.

La nota finalizó y Severus se quejó en silencio... Los del ministerio realmente tienen bastante tiempo libre como para seguir a un niño que conjuró Wingardium Leviosa una sola vez ¿Eh?

— Tsk — ¿Cuánta edad tendría Sirius en esa nota? ¿Doce o trece años? Realmente no lo sabía, pero parecía que en aquel momento tenía nobleza en su interior. Aunque claro, el actual no era nada más que mierda de perro.

Toc toc toc

Después de los primeros tres toques el leve chirriar de la puerta interrumpió el silencio, Severus escondió la libreta rápidamente y volteó el rostro cuando la otra persona ingresó a su habitación.

— ¿Saldrás? — Regulus permaneció de pie junto a la base de la cama, tenía una pequeña sonrisa cruzando su rostro y las mejillas coloreadas de rosa, Severus elevó una de sus finas cejas y torció el gesto.

— ¿Debería? — Respondió brusco, nada bueno resultaría en salir, pensó. Además — Hace demasiado frío hoy, me siento muy feliz de permanecer en mi habitación.

— ¿Por qué no te pones alguna capa de invierno? — Regulus tomó asiento y preguntó con obviedad.

— No tengo, — Severus dirigió una mirada molesta y chasqueó la lengua — no voy a salir así que no la necesito — ¿debía decirlo? Había sido intimidado antes y perdió el gusto a salir debido a eso.

Él, prefería leer libros en la biblioteca y practicar pociones a salir del colegio para ir a una pequeña ciudad en la que no tendría nada que hacer; además, la probabilidad de encontrarse con alguno de los merodeadores si salía era bastante alta. Severus podría ser cualquier cosa, pero no lo suficientemente masoquista como para arruinar su día a voluntad propia. Evitaría a el grupo de Gryffindors si le fuese posible, y no por miedo, sino para evadir las arcadas que le provocaba el verlos.

— Puedo prestarte alguna de las mías, fui a la biblioteca hace poco, también hace frío ahí — Regulus miró al suelo, ¿Estaba triste? Severus no lo sabía, pero notó que el ánimo del otro azabache estaba caído, aunque no lo demostró externamente.

— Tengo una aquí, quiero devolverla también ¿Sabes? — Y como si intentara que su alma escapase, un largo suspiro escapó de los labios del pocionista.

— Si no vas a salir, ¿qué harás entonces? — Severus no lo sabía, y como no tenía una respuesta adecuada dio el brazo a torcer. Dudaba mucho que algún merodeador estuviese aún en el castillo No había nada malo en salir ¿verdad?

— ¿Deberíamos ir a la biblioteca? — Soltó la pregunta y se levantó de la cama para buscar aquella capa de invierno que debía devolver. No era suya pero ¿Acaso habría algo de malo en usarla? ¡Era culpa del dueño irresponsable por no reclamarla aún!

Se engañó a sí mismo y puso la capa por sobre sus hombros, el olor lo envolvió y la calidez envolvió su cuerpo con un agradable cosquilleo.

Regulus miró todo aún sentado en la cama, y se levantó también — Vamos — dijo con una sonrisa y salió de la habitación.

Asintiendo, Severus observó por última vez la mesa de noche e imaginó la libreta que descansaba dentro de ella, salió del cuarto cerrando la puerta detrás de él y avanzó.

Caminaron en un silencio sofocante para Regulus, sin cruzar palabra en todo el trayecto; incluso el aire se sentía tenso, tenso y frío... La peor combinación.

— Emm — el Black menor intentó, torpemente, iniciar una pequeña charla con su mayor mientras que internamente rogaba por alguna intervención divina de cualquier tipo, siempre y cuando pudiese romper ese incómodo ambiente

— Si Lucius no está contigo ahora, es quizá... ¿Requieres mi ayuda en algo? — Mirando por entre los mechones de cabello que saltaban sobre su cara, Severus observó la reacción que tendría el contrario.

— Más que ayuda... Requiero consejo — sus manos se apretaron fuertemente hasta que incluso sus uñas laceraron sus palmas, el dolor era para acallar sus nervios y aquel miedo desconocido.

— Interesante — Regulus y Severus ingresaron a la biblioteca en silencio y se separaron para buscar libros. Regulus tomó dos libros al azar, con nombres que le atrajeran, para matar el tiempo y sus nervios. Por otro lado, Severus se dirigió a la estantería con libros sobre pociones; tomando algunos libros como prisioneros para su propio deleite.

El acuerdo tácito formado entre los dos jóvenes era encontrarse en aquella mesa que Severus acostumbró a usar, pero aquel día esa mesa podía considerarse como uno de los lugares más fríos de aquella biblioteca, Severus torció el gesto y aplicó algunos hechizos de calor antes de tomar asiento.

Pasaron tal vez, un par de docenas de minutos y Regulus comenzó a hablar, en voz baja, como relatandose un secreto a sí mismo.

— ¿De qué querías hablar? — Severus no toleró tanta indecisión y su voz inusualmente fría hizo temblar ligeramente al menor allí.

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Holii!
Queridos lectores, me he ausentado por mucho tiempo debido a que es fin de año y tengo que pagar la factura por mis meses de vagancia y poner mis notas escolares en orden ;-;

El capítulo de hoy es bastante corto, normal, y realmente aburrido ¿Verdad?
Esto se debe principalmente a mi estado de ánimo, tenía ganas de escribir pero a la vez no, realmente frustrante, a causa de eso, tomó demasiado tiempo escribir este capítulo.

Realmente pido disculpas, he faltado a mi promesa (。•́︿•̀。)
No sé cómo será en adelante, pero en cuanto las cosas se estabilicen volveré con más ganas para poder escribirles capítulos decentes y bonitos.

Agradezco su atención y tiempo

Con cariño

❄️ ḶḭḀḧ ❄️

La libreta de un merodeadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora