¡No! || SukuIta

11.2K 708 197
                                    


ADVERTENCIA:

Omegaverse / 1nc3st0

N0nc0n (Consentimiento f0rz4d0)




Mierda, no, no, era la última cápsula que quedaba en el frasco.

No creía cómo había sido tan idiota para haberla dejado caer al inodoro. Bueno, no pasaba nada, se encargaría de ir a su casa lo más pronto posible para evitar algún terrible incidente.

Respiró tranquilo, se sentía bien, ningún tipo de extraño calor o aroma estaba emanando de su cuerpo. Podría estar seguro, al menos, hasta la salida del colegio.

Para su suerte, sus amigos más cercanos eran alfas igual a él. O, mejor dicho, sus examigos, pues a pesar de seguir siendo cercanos con Fushiguro, Gojo y Geto, empezaba a distanciarse de los tres tipos, ¿la razón? Se habían atrevido a poner sus sucios ojos en su hermanito omega.

Yuuji era tan sólo un par de años menor a él, y a pesar de que era un chico muy fuerte y que podía cuidarse solo, a diferencia de otros omegas; Sukuna lo sobreprotegía a sobremanera. No quería que nadie, y mucho menos esos supuestos amigos suyos, pusieran sus manos sobre él, no lo permitiría.

– ¿Irás hoy? – Los tres alfas estaban parados frente a él, expectantes por una respuesta.

Sukuna lo pensó un poco, no había tomado el maldito supresor y sabía que su celo estaba muy cerca, ¿debería hacerlo? – Debo ir a casa a dejar mis cosas.

– Iremos a casa de Gojo primero, puedes dejarlas ahí. – Habló el pelinegro más alto.

Mierda, mal jugado. – Pero ...

– Cierra la boca y sube al auto. – Lo interrumpió el albino, provocando la risa de los otros dos alfas.

Tanto a sus amigos cómo a él, les gustaba mucho ir de fiesta y beber, y habría sido todo perfecto de no hallarse en esa situación. No quería dejar embarazado a ningún omega que se le cruzara en el camino.

– ¿Estás bien? – Fushiguro le habló, volviéndolo a su realidad. Sukuna asintió y sonrió de la manera más forzada posible. Porque bueno, después de todo agradecía que sus amigos al menos se preocuparan por él. – ¿Y Yuuji?

Borró su sonrisa de inmediato. Que tipo más imbécil.

– Sí, deberíamos a invitar a Yuuji-kun también. – El albino se unió a la conversación.

Sukuna arqueó una ceja, molesto. – Jamás. Nunca dejaré que le pongan una mano encima a mi hermano.

– Sólo quería saber cómo está, Sukuna. – Agregó Megumi. – No le hagas caso al imbécil de Gojo.

– Está bien, obvio.

Megumi no dijo nada. Era claro que no valía le pena preguntar sobre el pelirrosa a Sukuna, sin que éste enloqueciera. Los tres alfas ya habían conversado anteriormente sobre ese extraño y muy extremo cuidado que tenía Sukuna con Yuuji. Era demasiado sobreprotector y no quería que nadie mirase al menor, ni mucho menos que se atreviera a querer tomarlo o tocarlo siquiera. El único amigo que conocían que tenía Yuuji, era un pelinegro beta, Junpei, y era gracias a él, que podían obtener información del chico, a espaldas de Sukuna.



El ruido de la discoteca lo empezaba a ensordecer. Había llegado un punto en el que, había dejado de pensar en la cantidad de alcohol que ingería, inclusive había dejado de sentir su sabor fuerte y amargo, y lo tomaba como si de agua se tratase. Podía divisar a sus amigos bailando con una que otra chica. Él también lo había hecho hacía un rato, pero ahora a duras penas podía mantenerse de pie.

All YuujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora