All Yuuji

soft and pink || FushiIta

Fushiguro Megumi's POV.

Yuuji se mantiene sentado y con los brazos recargados sobre la superficie de su pupitre.

No está prestando atención a la clase, y continúa con su rostro dirigido hacia el gran ventanal, observando el verdor de los árboles que se visualizan en el campo deportivo, muy cerca al salón.

Sus mechones rosados se balancean suavemente a causa del viento; su camisa blanca y de una tela muy fina deja entrever la silueta de su cintura.

Sin percatarse de cuanto tiempo se había quedado contemplándolo, Yuuji voltea hacia él. – ¿Estás bien?

Sube su mirada de la cintura al rostro del pelirrosa, quien lo mira con las cejas arqueadas y una expresión inocente. Maldición. Siente cómo su corazón empieza a bombear con mucha más fuerza.

Asiente, frunciendo el ceño, y mordiendo la parte interna de sus mejillas. Puede apostar a que están sonrojadas en ese momento.

Yuuji deja de prestarle atención y vuelve a su anterior labor: soñar despierto mientras observa de manera desinteresada el campo.

Agradece que las clases sean las del profesor Nanami Kento, quién deja pasar algunas de sus distracciones sólo por las excelentes calificaciones que mantiene durante todo el año. Y quién, a su vez, se limita de reprender al pelirrosa por la cantidad de veces que lo ha hecho anteriormente y ha sido ignorado.

– Itadori. – Lo llama, obteniendo la atención del joven unos segundos después.

– ¿Mhm? – Yuuji ladea la cabeza, al mismo tiempo que lo mira con sus grandes ojos dorados.

Siente que su pecho se aprieta contra sus huesos. A pesar de no mostrar una expresión muy clara a su amigo, lo que siente interiormente cada vez que lo mira hace que todo se revuelva en su cabeza, incapaz de forma una oración coherente. – Debes anotar algo, aunque sea la tarea.

Yuuji recarga una mejilla sobre sus brazos en el pupitre, y lo mira de lado. – ¿Por qué? Sé que tú me ayudarás a hacerla. – Sonríe mostrando sus perfectos dientes blancos.

Lo observa por unos segundos, conteniendo la respiración, y regresa su mirada hacia el pizarrón.

Sin prestar mucha atención, piensa por un momento, si Itadori es consciente de lo que causa en él.

Su mente es un lío, mientras tiene la sonrisa del pelirrosa ocupando todos sus pensamientos.

Itadori y él son amigos desde pequeños, y fue hace un par de años, cuando ambos entraron a la etapa de la pubertad, que sus hormonas se dispararon al ver a su amigo cambiándose en su habitación.

Es casi rutinario reunirse en casa de alguno a hacer las tareas o matar el tiempo, y claro, la vergüenza es escasa, sobre todo de parte de Yuuji, quien suele pasearse en bóxers cortos por toda su habitación, frente a sus ojos.

Y eso es normal para Megumi, o lo era, hasta hace un par de años.

Ahora es difícil para él, no ponerse nervioso frente al cuerpo adolescente de Itadori. Su cuerpo ha dejado de ser plano, y marcadas curvas se han formado, en su cintura y en su pomposo trasero, el cual es muy difícil de esquivar con la mirada.

A veces, se coloca camisetas que conserva de cuando era más joven, provocando que cada vez que se recueste sobre su cama, ésta se levante y revele la piel dorada de su vientre.