All Yuuji

My uncle steals all my first loves, but he also wants to steal my first time

"Itadori-kun."

Nobara deja de observarlo para mirar a la persona detrás de él, y al poco tiempo, un ceño fruncido y un gesto incrédulo se dibuja en su rostro. Yuuji, por otra parte, cree reconocer a la dueña de aquella voz, pero duda mucho que su más grande fantasía esté por hacerse realidad.

Se gira, listo para reírse de sí mismo por sus propias alucinaciones, pero su mandíbula cae cuando efectivamente, la dueña de aquel suave tono no es nadie más que Ichika, su más grande amor platónico desde hace tres años.

"A-ah, y-yo, Ichi... Ichika-san."

"Hola." Sonríe, dulce y adorable como siempre. "Quería hablar contigo en privado, ¿podemos vernos después de clases?"

"Aah..." Consigue balbucear, abofeteándose mentalmente a los segundos. "Sí, sí, claro que podemos."

"Bien, entonces nos vemos en la cancha de básquet. Te estaré esperando."

Con un último asentimiento como respuesta, la rubia se va, acompañada de sus dos inseparables amigas, y por fin, pude volver a respirar.

"Bueno, ¿qué diablos acaba de pasar?" Nobara, tan directa como siempre, lo trae de vuelta a su realidad. "¿Por qué Ichika te habló? Y peor aún, ¿por qué querría verte a solas?"

"Oye." Se queja, remarcando un puchero en sus labios y con una falsa expresión indignada. "Lo dices como si yo fuera la peor opción."

"Supongo que no lo eres, pero como tu amiga, me corresponderte decirte la cruda verdad." La mano blanca y pequeña va hacia su pecho y suelta un suspiro antes de empezar. "No eres exactamente el tipo más atractivo de la escuela. Eres bajo de estatura, tu rostro es demasiado aniñado, tienes la voz de un niño de diez años, tu cabello rosa no es varonil, y cada vez que te molestas haces una expresión que sólo provoca que quiera golpearte."

Su semblante decae mientras más adjetivos agrega la castaña. Él mismo puede reconocer que no es el estereotipo de 'galán' por el que las chicas suspiran, pero tampoco creyó estar tan fuera del juego.

"Sin embargo, eres fuerte y creo que ese es un punto a tu favor... quizás, el único."

"¿Eh?"

"Si tu novia es una adicta a las compras, serás el tipo ideal para acompañarla y cargar con sus bolsas."

"Gracias... supongo."

"Como sea, suerte." Los dedos delgados truenan y hacen un gesto amigable de ánimo, pero no sirve de mucho después del discurso desalentador de hace unos minutos. "Y por favor, no lo arruines."

-

Sin Nobara, la clase de ética se hace eterna, pero está bien. Mientras más tiempo gane planeando su encuentro con Ichika, menos probabilidades tendrá para arruinarlo, porque realmente no desea hacerlo.

Ichika es un sueño, prácticamente es un conjunto de todas sus fantasías románticas personificado. Ella es un par de años mayor, pero eso es lo menos importante cuando cada vez que ingresa a alguna habitación parece iluminar cada rincón de ella. Con unos centímetros más de estatura que la de él, y un sedoso cabello rubio que brilla como oro reflejado al sol.

Aún es difícil comprender el por qué lo eligió a él, pero a veces los milagros si se hacen realidad.

Sonríe hacia la nada mientras observa la pizarra, pero es despertado por un pequeño golpe en su nuca. "Hermano, la clase ya terminó, ¿nos vamos?"