All Yuuji

lights on || GoYuu

Advertencias: Underage

Camina temeroso por la acera, mientras siente las miradas juiciosas de las pocas personas alrededor suyo; aunque es probable, que sólo sea su imaginación, jugándole una mala pasada.

Itadori Yuuji, un adolescente de quince años, que busca desesperadamente conseguir dinero de una manera fácil y rápida, para pagar las medicinas que su abuelo necesita con suma urgencia, había sido aconsejado por uno de sus amigos, unos años mayor a él, que fuera a una agencia de modelaje, pues era poseedor de un buen físico y un agradable rostro juvenil y fresco que resaltaba y atraía miradas. Claro, como bien sabía, no todo podía ser tan bueno como sonaba, pues la "agencia de modelaje" no había sido más que sólo una pantalla para una industria pornográfica.

Fue sorprendente para él la -tan agradable- manera en la que el dueño se había comportado cuando decidió visitar el lugar. Gojo Satoru, que suponía estaba en sus veintes, tal vez, con algunos pocos años para llegar a los treinta, se había mostrado como un hombre bastante relajado y amigable, la primera vez que se habían visto. Fue sincero al explicarle el funcionamiento del lugar, que por supuesto era ilegal; pero que, según él, gracias a eso, había sido posible el poder ayudar a varios jóvenes que necesitaban dinero, dándoles una oportunidad rápida de conseguirlo.

Sus palabras suaves y el tono juguetón de su voz, endulzaron rápidamente sus oídos, aceptando casi de inmediato; además, siendo sincero, no es como si tuviera otras opciones para conseguir el dinero tan fácilmente. Había intentado postular a trabajos sencillos, como mesero en algún restaurante, pero había sido rechazado apenas mencionaba su edad.

Claro, esta vez también había mentido respecto a eso, pero tenía algo a su favor, pues al tratarse de algo ilegal, no eran tan estrictos con la validación de documentos de identidad. Y si bien su rostro era como el de un niño, su cuerpo fornido y voluptuoso, podía ayudarlo a lucir un poco mayor.

El día de hoy sería su vídeo de presentación, y en base a eso, se le ofrecería la oportunidad de realizar más videos, en caso fuera su decisión, y con un monto mayor como pago.

El dueño, Satoru, le había dicho que todos pasaban por aquel tipo de vídeo, dónde el público era el encargado de decidir si mantener -o no- a aquellos jóvenes en esa industria. No tendría que hacer algo más que mostrar su lindo rostro y masturbarse frente a la cámara, no sería tocado por nadie más que él mismo, le había asegurado.

Piensa que tal vez debió haberse vestido de manera diferente, pues una sudadera holgada y sus pantalones de chándal no son las prendas más atractivas visualmente; pero olvida eso a los segundos, éstas descubrirían su piel casi al inicio del video, por lo que, era lo que menos debía importarle.

¿Qué expresiones debía hacer? Diablos, realmente no lo sabía. Y bueno, era obvio que, para alguien virgen como él, sería difícil tener su primera vez frente a la cámara, y mucho peor, imaginándose siendo observado por muchos extraños.

Cierra los párpados con fuerza, al hallarse frente a la puerta del edificio. Todo es por el abuelo, piensa. El viejo lo necesitaba, y él pondría todo de sí mismo, para poder ayudarlo en todo lo posible. A Yuuji realmente no le importaba tener que sacrificarse para salvar a alguien más.

Limpiando el sudor de las palmas de sus manos en su pantalón gris, entra al edificio, y oprime el botón del ascensor que lo llevará al octavo piso. No es un edificio muy moderno o demasiado sofisticado, pero supone que es porque no es bueno realizar ese tipo de negocios a la vista de todos, y aquello debía mantenerse oculto.