XXIII

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Jimin no reaccionaba al beso no sabía que hacer, pero su cuerpo era el que actuaba en ese momento y sin más se dejó llevar, esos labios eran los que él quería besar, esas manos eran las que quería sentir, para siempre eran las únicas que le brindaban seguridad y calidez, era a Jeon Jungkook al que quería sentir y amar siempre.

Por otro lado Jungkook besaba con tal amor y calidez, los labios del chico de cabellos dorados no se comparaban con los de nadie más. Eran los únicos labios que amaba, su pequeño y delicado cuerpo, su hermoso y perfectos rostro y él sólo quería Park Jimin para la eternidad.

Se besaban con amor, calidez y ternura, se separaron por falta de aire, pero la gran sonrisa reflejada en el rostro de ambos era lo más maravilloso que podían ver uno del otro.

Jimin tomó el rostro del pelinegro estaba nervioso pero seguro de lo que quería le dio pequeños besos y llegó a su oreja y le susurró con voz seductora— Quiero que me hagas el amor —

Al pelinegro sintió su cuerpo tensarse, esperaba todo menos esa propuesta y no mentiría si el no se lo pedía, él se lo hubiera pedido por última vez.

Sin más que decir levantó a Jimin y lo acostó en la cama. —Quiero poner un disco me dejas—Dijo observando a Jimin y él asintió, colocó el disco que el mencionado guardo por años, empezó a sonar "Rigtheouse Brothers- Unchained Melody".

Se acercó a la cama y Jimin lo jaló quedando encima del pelinegro, desabotono la camisa y miraba el cuerpo con tal fascinación y el pelinegro solo sonrío y le dijo

— No me iré puedes parpadear, cariño.

Y Jimin recordó la primera vez que se entregó  a lo hermoso y especial que lo iso sentir ese día. Se acercó al pelinegro y lo beso con amor, quería que el tiempo se detuviera en ese mismo instante. Sabía que estaba mal lo que estaba cometiendo, pero no mandaba su corazón y ni sus sentimientos, sabía que ese día y ese momento iba a ser su perdición.

No imaginaba su mundo de cabeza de nuevo, ahora que miraba hacía atrás en el momento que llegó a la ciudad, debía a ver sospechado que algo así ocurriría de nuevo, porque si tenía que describir esa escena era una constante montaña rusa de emociones. Se encontraba cómodo cómo la primera vez y sí definitivamente debío haber sospechado algo.

Se entregaría una vez más sin miedo y se dio cuenta en cómo un abrazo le isiera sentir tanto en tan poco. El estar enamorado podía causarte tanto daño y a eso erá le temía en enamorarse a punto de quebrarse con tan sólo un roze o una mirada.

Esa palabra AMOR era demasiado nunca se lo imaginó, era una palabra que siempre le aterraba, lo veía en películas, en las canciones, en los libros, en su familia, en sus amigos en absolutamente cualquier persona que el conociera, pero nunca se la imaginó en él. Nunca se imagino en amar tanto a alguien cómo el amaba a ese chico pelinegro, un sentimiento que estaba fuera del planeta y de sus sentidos.

Jungkook se acercaba a él sin miedo y decidido enseñarle una vez más cuánto lo amaba y que no cabían ni una duda en lo que sentía. La canción sonaba al fondo pero en ese momento sólo eran ellos dos dentro de  una pequeña burbuja que cada vez se hacía pequeña.

—¿Por qué no lo haces? —preguntó Jimin

— De poder puedo ¿Eso es lo que quieres?—respondió humedeciendo sus labios.

Lo tomó de la camisa y se acercó a su oreja — No sólo quiero, lo necesitó—le susurró.

Su cuerpo se tenso, el tiempo se detuvo, Sabía que esa noche iba a convertirse en una inolvidable. Jungkook colocó su mano en su mentón y con una suave presión tomo su rostro a su conveniencia. Escucho cómo ese pequeño movimiento iso que le faltara el aire a Jimin, cuándo ya lo tenía a centímetros de su rostro pensó en dejarlo. Pensaba en que todo iba a ser un error y que la situación en la que estaban era la que actuaba. Iba a levantarse pero las manos de Jimin lo detuvieron.

MY ONLY LOVE ~KOOKMIN~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora