Día 9. Beso en la frente.

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¿Qué pasa cuando juntas a un berrinchudo James de 4 años con un entusiasta Teddy Lupin de 9? Según Ginny y Molly son los ingredientes para el desastre. Harry, quien tenía más fe sobre su hijo, pensaba que no podría ir tan mal, siempre que no los perdieran de vista más de 15 minutos...

Pero Ginny tenía que cubrir un partido en Portugal, Harry un caso muy importante del que no podía librarse para cuidar a su hijo, así que había hablado con Andrómeda por su ayuda. El problema es que ella tenía un par de compromisos que no podía aplazar, un par de horas al día donde su hijo de cuatro años podía estar solo.

Molly se había ofrecido a cuidarlo, pero Teddy salto diciendo que él podía quedarse con James en lo que su abuela regresara y ya que Andrómeda no tardaría más de dos horas todos aceptaron.

Ahora Teddy se arrepentía un poco, James había empezado a llorar porque le dijo que no sabía dónde estaba su peluche favorito.

Cuando su carita se puso roja, Teddy entro en pánico y se arrepintió mucho de haber pedido que lo dejaran a cargo como un niño grande.
No importo lo que dijo o hizo James siguió llorando hasta que le pidió que lo buscaran juntos.

— Vamos Jaime, seguro tu oso está muy asustado.

Eso lo calmó de inmediato y Teddy se reprochó por no haberlo dicho antes, ambos se embarcaron en la búsqueda del peluche por toda la casa, hasta que lo encontraron en el salón. James abrazo muy fuerte a su peluche y le dio un beso en la frente.

— Papi siempe me da un besito para que me sienta mejod— Dijo James, pronunciando mal las erres y con sus ojitos rojos por haber llorado tanto, llenos de ilusión.

Teddy siguió un impulso y le plantó un beso en la frente, esperando que no volviera a llorar y aliviado de no tener que averiguar qué pasaría si no encontraban el peluche.

Cuando su abuela llegó ambos estaban jugando en la sala, les dio de cenar y un par de horas después los preparo para dormir. Sin embargo, Teddy fue despertado de un mal sueño por James entrando a su habitación por la noche, junto con su rescatado oso de peluche, trepó a su cama y lo abrazo.

— ¿Estás bien, Jaime?

— Shi— Se quedó callado un momento, — Gracias

James procedió a darle un torpe beso en la frente y se acurruco a su lado para dormir, Teddy no pudo evitar sonreír y abrazar al más pequeño para dormir.

Esas muestras de cariño se volvieron muy habituales entre ellos, incluso cuando crecieron y los besos tomaron tintes menos inocentes.

Fluff-tober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora