Día 13. Hora del baño.

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A Remus le gustaba la tranquilidad, el orden y la limpieza; amaba cuando su casa estaba ordenada y olía a incienso de chocolate, le gustaba que todo tuviera un lugar y no saliera de ahí. 

Y luego estaba su gusto particular por Sirius. 

Sirius quien era todo lo contrario a tranquilidad y orden y que claramente no respetaba el lugar de las cosas que le asignaba Remus, que se convertía en perro cada dos por tres y dejaba pelo por todas partes. 

Y luego estaba Harry. 

Remus está seguro que Harry ha heredado el espíritu gamberro de James y que este ha sido alimentado insaciablemente por Sirius, el pequeño solo tenía cuatro años y ya montaba la escoba como si quisiera surcar los cielos y corría tras Sirius sin preocuparse por nada. 

Remus los amaba, Sirius era la luz de su vida y Harry era un chico muy inteligente y risueño, no los cambiaria por nada en el mundo. Aunque en tardes como esa...

— No, de ninguna manera van a entrar a la sala así, — Ambos morenos estaban llenos de lodo por todas partes y Remus no iba a preguntar por qué Harry tenía tanto lodo en su cabello y su trasero— Irán a bañarse ahora mismo. 

Sirius comenzó a protestar y Harry abrió los ojos con incredulidad, como si Remus lo hubiera mandado a la cama sin comer por una injusticia, pero el castaño se mantuvo firme y al final terminaron yendo todos al baño del segundo piso, donde estaba la bañera más grande. 

Remus se colocó un hechizo impermeable y dejo que Sirius metiera a Harry a la bañera, siempre era más fácil bañarlo con el moreno distrayéndolo, pero Remus tenía que vigilar que no se ahogara por accidente (razón por la que Sirius no bañaba solo a Harry). El pequeño rio y chapoteo mientras Remus le lavaba el cabello, quitando las muchas plastas de lodo que tenía enredado en él, trato de mojar a Remus y en un balbuceo infantil trato de convencerlo de que no necesitaba baños tan seguidos, Sirius se unió a esas protestas, pero Remus solo lo mando a lavar su cabello. Harry soltó una carcajada ante la cara de Sirius. 

Al final, Remus se llevó a Harry a su cuarto para cambiarlo y dejo que Sirius se bañara. Secó y arregló al pequeño de ojos verdes, quien se dejó hacer obediente y escogió su pijama de dragones con entusiasmo. 

Cuando Sirius termino su baño y se vistió, los dejo solos en el salón mientras él subía a secar el baño y colocar los productos de higiene en su lugar; sonrió satisfecho cuando el baño quedo reluciente y bajo para calentar la cena. En la cocina lo esperaba un pequeño desastre como el del baño provocado por los pelinegros.

Remus suspiro viendo como sus dos personas favoritas, destruían el orden que había dejado en la cocina para prepararse chocolate caliente.

Al menos aún le quedaba incienso de chocolate. 

Fluff-tober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora