Día 29. Champagne.

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Cuando Hermione llegó a casa esa noche, la iluminación era tenue y su salón estaba casi en la penumbra, lo único realmente iluminado parecía ser la cocina. Así que se acercó lentamente a ese lugar, extrañada de que su casa se encontrará en ese estado, dado que a esas horas su esposo ya se encontraba en casa y a él le gustaba que todas las habitaciones estuvieran siempre con bastante luz.

Al llegar a la cocina, se dio cuenta de que había un candelabro en la mesa redonda, justo en medio de la habitación, era una de las pocas luces que ahí se encontraba, las otras eran pequeñas velas flotantes con llamas demasiado pequeñas para iluminar realmente. El efecto era ciertamente, bastante íntimo y romántico, especialmente porque en la mesa había preparado todo un montaje para dos y una botella de champagne justo al lado.

Esperando junto a la mesa se encontraba su marido, sosteniendo un par de  Draconis caput, una flor mágica de tonos amarillos y anaranjados que, como su nombre indicaba, parecía la cabeza de un dragón, las flores se movieron en su dirección y lanzaron una mordida en cuanto sintieron su presencia, Theo las extendido hacia ella con una sonrisa ladeada en su cara.

Hermione sonríe, tomando las flores y colocándolas en el florero que estaba junto al candelabro en la mesa.

— ¿A qué se debe la ocasión? — preguntó verdaderamente intrigada, no es que Theodore fuera un hombre descuidado o poco detallista, pero sus flores favoritas solo se las regalaba en su cumpleaños y en su aniversario. Ese cambio en la rutina llamo su atención— No me digas que olvide nuestro aniversario.

Theo rio mientras negaba con la cabeza.

— Nada de eso, tenemos que celebrar. — Medio explicó, mientras jalaba una silla para que Hermione se sentara, más intrigada que antes por su declaración, ella se sentó.

— ¿Qué celebramos?

Theo tardó en responder, mientras quitaba la tapa de la bandeja qué ocultaba la comida, un elaborado platillo que se veía y olía delicioso. Hermione alzo las cejas extrañada, dado que, si bien Theo era competente cocinando, tampoco lo hacía tan a menudo y mucho menos del nivel que presentaba en la mesa, ninguno de los dos en realidad, sobrevivían a base de comida precocida, pedidos de restaurantes o que les llevaban Ron y Harry quiénes si eran buenos cocinando y tenía el tiempo para hacerlo (o en el caso de Harry, su pareja se dedicaba a la cocina).

Adivinando el hilo de sus pensamientos el pelinegro alzo una mano, como si pidiera tiempo fuera.

— No te molestes en preguntar, Draco me hizo el favor de prepararlo.

La castaña rio divertida.

— La primera vez que probé su comida, supe que Harry se había ganado la lotería, mira que tener un marido que sepa cocinar así...

Theodore se llevó una mano al pecho, fingiendo indignación y la motivo a empezar a comer. La Castaña lo hizo, sin tanta ceremonia al saber quién era el cocinero y cada vez más intrigada por saber qué era lo que tenían que celebrar. Aguantando lo mejor que pudo su curiosidad y ganas de preguntar de nuevo llegaron al postre, una crema quemada deliciosa y solo entonces Theodore tomó la botella de champagne y la miro con un brillo muy especial en tus ojos.

— La ocasión por la que te he preparado está deliciosa cena— declaró, haciéndola reír mientras con un hechizo destapaba con total precaución la botella— Es porque finalmente, después de seis largos años he logrado concluir mis investigaciones.

— ¿Qué...?

Hermione no podía procesar del todo lo que su marido le está diciendo, sus manos comenzaron a temblar y una pequeña parte de su mente se dijo que Theodore no dijo cómo habían concluido las investigaciones. Sin embargo, al paso de unos segundos, la parte más racional de ella tomó el control, él no diría que estaban celebrando si las investigaciones hubieran dado resultados negativos.

— ¿Está diciendo... lo que creo que estás diciendo?

El pelinegro se limitó a asentir con la cabeza mientras llenaba dos copas con champagne.

— Al final he logrado descubrir cómo revertir el hechizo que le hiciste tus padres. — Luego la miro con más precaución— Mione, no es del todo seguro, pero podemos traerlos de vuelta y que recuerden sus vidas, todo en ellas, incluso que tienen una hija.

La castaña no pudo más, con una mano cubriendo su boca para tratar de esconder sus sollozos, comenzó a llorar de emoción, de la esperanza que la abrumaba, por fin, después de 8 años de concluida la guerra, de haber lanzado en hechizo a sus padres sin saber que no lo podría revertir con el que supuestamente era el contra hechizo, al fin podría recuperar a sus padres.

Su esposo tomó su mano libre con cariño y le apretó brindándole sin palabras consuelo y apoyo.

— No llores querida, te dije que lo lograría.

Y, con una pequeña sonrisa en sus labios, llena de promesas que Hermione sabía que él cumpliría le ofreció una copa con la bebida dorada y burbujeante que ella acepto aún con lágrimas corriendo por sus ojos.

Theodore propuso un brindis, que Hermione siguió y el resto de la velada lo pasaron haciendo planes, de cómo irían a Australia, traerían a sus padres a Inglaterra y realizarían el contra hechizo, lo emocionada que estaba por presentarles a Theodore y hacerles saber lo mucho que los había extrañado.

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No hay excusa, lo tenía desde antier pero no lo pude editar hasta ahorita, andaba de parranda :vvv

En fin, estamos en la recta final, ¿No es emocionante?

Besos, se les quiere.

Fluff-tober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora