【𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗼𝗻𝗰𝗲.】

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"Ya me voy Lou, no me esperes despierto"

"Solo no regreses muy tarde, Luquitas, o voy a dejarte fuera", Louis se despidió riendo junto a su compañero de dormitorio y mejor amigo, regresando la atención a su teléfono en cuanto escuchó al menor cerrar la puerta. Después lo inundó el silencio.

Estuvo acostado sobre su cama con tranquilidad, con el móvil en manos, deslizando su pulgar por la pantalla, bajando por las publicaciones de Instagram en completo aburrimiento.

Solo daba corazones y seguía un montón de personas, vagando sin fin. Era fin de semana, podría estar en casa con su familia como Lucas había salido recién, pero Doncaster se encontraba mucho más lejos y él no tenía suficiente dinero como para un pasaje de ida y vuelta, por lo que simplemente se quedó.

Le habría gustado ir porque ya los extrañaba, pero se gastó todo lo que tenía la tarde anterior con los chicos en el local de comida.

Triste irresponsabilidad.

Los toques en la puerta le hicieron fruncir el ceño, desviando la vista del aparato para fijarla en la madera blanca, esperando que se repitiera. Hubo un breve silencio, antes de que los golpecitos tímidos volvieran.

Lucas fue el primero en venir a su mente, pensando en que algo se le pudo haber olvidado, así que se levantó al tiempo en que acomodaba su ropa y se dirigía a pasos calmados hasta abrir la puerta.

Y bueno, no se encontró precisamente con los ojos de venado de su mejor amigo. Eran ojos medianos y felinos, de un bonito color verdoso, decorados con lunares y largas pestañas. El rostro acanelado de Harry detrás de su puerta le sorprendió, por lo que hizo sus cejas fruncirse en confusión, apretando sus dedos en la perilla.

Harry tenía el pelo sujeto con una coleta pequeña, rizos rebeldes cayendo por su frente descubierta donde un par de delgados mechones más cortos se asomaban rebeldes.

Una blanca camiseta enorme con un logo curioso junto a amplios pantalones rojos con franjas blancas a los costados todavía más holgados, y sandalias abiertas de color negro, era lo que tenía puesto.

Podría considerarlo un pijama, pero conociendo los extravagantes gustos sobre ropa que tenía el nadador, probablemente era un atuendo casual. Aunque era muy casual para Louis. De todas maneras, ¿qué hacía en su dormitorio tan tarde por la noche un sábado? ¿Por qué no estaba de camino a casa como el resto?

"¿Se te ofrece algo?", apoyándose en el marco de la puerta le preguntó, alzando una ceja curiosa.

Harry no contestó, de hecho, optó por entrar sin pedir permiso, cerrando tras él como si fuera su lugar. Louis se giró medio indignado de que pasara sobre él de esa forma tan sencilla, mirándole detenerse a mitad de la habitación.

Se veía ansioso, con las manos en los bolsillos de sus pantalones y los ojos vagando por la decoración como si nunca hubiese estado ahí antes, hasta detenerse sobre su cuerpo en una mirada intensa.

Un escalofrío le recorrió el cuerpo, porque la forma en que el rizado lo miraba era abrumadora. Sintió la cara calentarse, incluso tragó saliva sin molestarse en parecer nervioso o no.

"¿Por qué entras como si fuera tu cuarto? Fuera", pidió con el ceño fruncido, señalando la puerta.

Y cuando Harry se acercó pensó que le haría caso y se iría, pero se pasó su opinión por el culo, porque había sostenido su rostro entre sus grandes manos tan rápido que no le había dado tiempo de procesar lo que sucedió después.

De pronto tenía una boca sobre la suya, un beso diferente al de anoche, porque ese era gentil, los labios ajenos acariciaban los suyos con cuidado, como si quisiera deleitarse con su textura y su sabor; un poco resecos, pero un sabor a cereza posiblemente por un bálsamo desgastado en ellos.

Louis sostuvo los hombros para intentar empujarlo, lográndolo a duras penas, abriendo la boca para protestar y tomar aire, y Harry supo aprovechar que los entreabrió para volver a fundir sus labios en otro beso mucho más profundo.

Aspiró fuerte, teniendo el olor masculino de su piel de lleno contra su nariz, la menta en su lengua.

El castaño se sintió temblar cuando la lengua ajena acarició su labio inferior antes de deslizarse dentro con cautela pero con deseo, las grandes manos dirigiéndose a su cintura, donde rodeó para atraerlo hacía él.

Louis ya no pudo seguir resistiéndose, simplemente se dejó llevar por la manera en que reclamaba su boca con ansias, explorándola, la húmeda punto tocó un punto detrás de sus dientes que logró desarmarlo por completo.

Se aferró al cuello ajeno, apretando la tela gruesa de la camiseta bajo sus yemas, sintiendo sus pechos tocándose directamente. La noche anterior también había sucedido, aunque de forma ruda al él estar enojado, descargándose en el nadador; no había bebido demasiado, pero el alcohol en su sistema junto a la adrenalina de la pelea en el restaurante le jugaron en contra.

Le había sorprendido que Harry le siguiera el beso en el callejón, siendo que pudo haberlo empujado y mandarlo a la mierda sin pensárselo, pero simplemente se dedicó a responder del mismo modo furioso, paseando sus manos por su cuerpo apoyado en la rocosa y áspera pared de ladrillos.

Pero justo ahí en su habitación el ojiverde le besaba distinto.

La manera en que lo llevó a ciegas hasta chocar con la cama y dejarlo sobre el colchón no fue ruda, a decir verdad, se mostró atento cuando abrazó su cadera y lo alzó para gatear con dificultad hasta dejarlo en el centro sin ningún peligro de caerse por los costados (aunque la cama tampoco era muy pequeña), y después abandonó su boca para desviarse a su mandíbula, creando un pequeño sendero de húmedos besos hasta llegar a su cuello.

Había un rastro de vello facial creciendo alrededor, por lo que su piel se sintió rasposa bajo sus labios, pero eso no lo detuvo ni por un segundo. Sus largos dedos acariciaron por todos lados, hasta deslizarse por los bolsillos traseros de sus shorts para moverlo y crear fricción entre sus miembros todavía dormidos.

"Uhm...", gimió sin poder contenerse cuando el aludido mordisqueó su cuello y volvió a moverlo para restregarse de nuevo. "e-espera... ¡Styles!"

Se retorció cuando Harry deslizó una traviesa mano por su pecho bajo la camiseta que fue directamente a pellizcar su tetilla, la cual comenzó a reaccionar ante la estimulación repentina de los dedos fríos.

El ojiazul aplanaba los labios en un intento de callarse, mordiéndoselos también, pero Harry se la ponía difícil si se dedicaba a succionar la piel cercana a sus clavículas mientras una de sus manos jugaba con sus tetillas y la otra seguía moviendo sus cuerpos juntos, hasta que sus erecciones aparecieron y su cuerpo se sintió en llamas.

¿Qué demonios estaba sucediendo? ¿Y por qué coño él no lo apartaba?

"Déjame joderte", la profunda voz escuchándose ronca lo hizo casi jadear, teniendo esos penetrantes ojos verdes sobre los suyos en un mirar intenso y excitado. "por favor, déjame joderte de nuevo".

Se oía necesitado y ansioso. ¿Qué carajos?

Jadeó, porque en serio que Harry era jodidamente sexy sin siquiera intentarlo. Estuvo a punto de decir que sí, de gritarlo, porque de pronto solo quería que lo tomara sin ningún cuidado.

"Styles..."

"No haré nada si te niegas, me iré después de que me rechaces".

Louis frunció las cejas, oyéndose serio al decir: "Si te vas después de haberme excitado te arrancaré el pene con los dientes. ¡No puedes solo venir a calentarme y después dejarme así!"

"¿Eso es un sí?"

"¡Claro que sí, imbécil! ¡Jódeme!"

Y Harry sonrió.

𝗸𝗶𝘀𝘀 𝗺𝗲 𝗹𝗶𝗸𝗲 𝗻𝗼𝗯𝗼𝗱𝘆'𝘀 𝘄𝗮𝘁𝗰𝗵𝗶𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora