【𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗰𝘂𝗮𝗿𝗲𝗻𝘁𝗮.】

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Tan pronto como el coche se apagó, Harry escuchó la voz del comentarista desde las bocinas anunciar el inicio del tercer bloque seguido de la bulla hacer escándalo desde el campo abierto, por lo que cerró los ojos con fuerza y maldijo, porque sabía que era el último bloque antes de que el partido llegara a su fin.

A su lado, en el asiento copiloto, se encontraba el jersey de Louis. Lo observó en silencio unos momentos, sintiéndose tan mal porque era seguro que su novio estaría muy enojado o muy decepcionado de no haberlo visto en la gran parte.

¡Pero no todo estaba perdido! Porque después de dos horas de viaje se dirigió directamente a la universidad, llegando al campo de fútbol donde veía al equipo entrenar todos los días, una jodida hora antes del final.

¡Pero estaba ahí! Jodidamente tarde, ¡pero lo estaba! ¡Eso era lo importante!

Abrió la puerta después de tomar el jersey y dio un salto para bajar de la camioneta alta, cerrando y apretando el botón de las llaves para estar seguro de poner todos los seguros en las puertas, luego se dio media vuelta y comenzó a correr en medio de toda la lluvia que parecía haberse enfurecido desde que llegó a la ciudad.

Escuchó el ruido de la gente aumentar hasta que se acercó a las gradas desde atrás, viendo a los jugadores en el campo corriendo de un lado a otro, hasta que se colocó a un lado de los asientos y buscó entre todo el montón de chicos que se tacleaban unos a los otros como animales bruscos ese número conocido.

Logró enfocarlo, cuando la gente se alzó de pie celebrando un touchdown porque el número ochenta y ocho del equipo anfitrión logró esquivar uno de los ataques para lanzarse al césped y alcanzar la zona de anotación.

Fue entonces que pudo reconocer a Louis caminando de regreso para formarse de nuevo para ser el equipo defensor, el número ocho en grande en su espalda.

Apretó el jersey en su mano, sin dejar de mirarlo como si con eso solo pudiera avisarle que estaba ahí, que por fin estaba ahí.

Y al parecer funcionó, porque el número ocho giró su cabeza hacia él y se quedó de pie, quieto detrás de la formación que no terminaba de acomodarse, aunque el casco impedía admirar su reacción.

Harry alzó un brazo para saludar, sonriendo con verdadera pena, mostrando su jersey que todavía no se ponía.

De pronto todo se sintió en cámara lenta, la forma en que todo el ruido a su alrededor pareció bajar de volumen y todas las personas alrededor parecían moverse con suma lentitud.

El momento no duró demasiado, porque todo volvió a la normalidad y entonces Louis regresó su atención al frente, concentrándose en el partido.

Harry no entendía mucho de ese deporte, así que se sintió un poco tonto por tan solo ver a chicos correr y estrellarse contra todos como si estuvieran cobrando cuentas a lo bruto, solo escuchaba a la gente en las gradas hacer bulla o abuchear, el pitido de los silbatos y la música de la banda sonora.

Luego los miró acomodarse y entonces el ojiazul habló en voz alta, el balón fue atrapado en sus manos y corrió hacia atrás con tal de alejarse un poco, preparándose para lanzar y mandar a volar el balón con fuerza, a lo que el número diecinueve, que era Lucas, alcanzó a capturar.

Vio a Lucas esquivar ataques y saltar como un atleta evitando trampas, corriendo tan rápido como bala hasta llegar a más lejos de la mitad del campo. La gente lo alentaba.

De hecho en medio de todos esos ruidos escuchó a Niall gritarle algo como: ''Anota ese puto punto, Lucas Clayton'', lo cual fue sumamente gracioso.

Antes de llegar al final, Lucas fue tacleado por un tipo jodidamente enorme que lo mandó a volar lejos, rodando con él, pero que fue suficiente para llegar a la zona de anotación del equipo defensor, por lo que levantó el brazo para mostrar el balón todavía en sus manos.

𝗸𝗶𝘀𝘀 𝗺𝗲 𝗹𝗶𝗸𝗲 𝗻𝗼𝗯𝗼𝗱𝘆'𝘀 𝘄𝗮𝘁𝗰𝗵𝗶𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora