【𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘀𝗲𝗶𝘀.】

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El sonido del silbato se escuchó con fuerza, junto al trote sincronizado del equipo de fútbol, quienes tan pronto como el silbido hizo eco se lanzaron pecho a tierra para comenzar a hacer cinco lagartijas rápidas, antes de que el silbido regresara y tuvieran que volver a trotar en su eje. Piernas alzándose, rodillas a la altura de ombligos.

Habían estado así por un buen rato y el cansancio ya comenzaba a hacer aparición, al menos el entrenador dio un último soplido a su chillón silbato antes de mandar a todos a las duchas, dando felicitaciones por su arduo trabajo. Las quejas dolorosas no se hicieron esperar, Louis se unió a ellas junto a una mano que sobaba su cuello sudoroso. 

Todo su cuerpo transpiraba, su uniforme tan sucio como siempre, con sus cabellos castaños pegándose a su frente. Esa vez había estado enfocado en el campo, sin ninguna divagación vergonzosa, siendo el mismo capitán de siempre.

"Necesito algo helado" Lucas llegó a su lado, ambos mirándose agitados, sudorosos y sucios.

Lucas Brooks era bastante alto, podía alcanzar fácilmente el metro ochenta sin la necesidad de ponerse de puntitas y con los zapatos adecuados; tenía el cabello oscuro y lacio, cayendo con gracia por su frente hasta casi alcanzar sus gruesas cejas.

Sus ojos eran grandes y brillantes, pintados con el color del chocolate, párpados caídos; tenía los labios delgados y una nariz recta, la piel tan bien cuidada que parecía brillar a la luz del sol como los vampiros de esa famosa novela. 

Pero sí que era guapo, aunque no de una manera especialmente llamativa, tenía un tipo de atractivo dudoso, algo que te hacía mirar con curiosidad. 

Quizás también era el hecho de que ese rostro joven e inocente no combinaba con el tatuaje que tenía en el brazo y la espalda ni los miles de piercings que se aferraban a sus orejas; diez en total, cinco en cada una. 

A lo mejor era su manera de buscar verse mayor y rudo, cuando era en realidad un chico sensible. 

Louis recordaba la primera vez que lo conoció; un chico entusiasmado con la idea de entrenar fútbol americano de manera profesional, encantado con su papel de corredor principal en el equipo. Era como un cachorrito que movía la cola y era adorable todo el tiempo. 

"¿Quieres ir por algo de comer saliendo de aquí?"

Ni siquiera lo pensó cuando asintió a la oferta de Lucas, dirigiéndose hacia los vestidores con tal de disfrutar una buena ducha de agua fría. Sus músculos tensos y calientes rogaban desesperados que fueran mimados con toda esa agua que llovía por las regaderas.

No pudo entrar, ya que repentinamente una mano envolvió su brazo obligándole a voltearse. 

Sus cejas se fruncieron confusas al encontrar frente a él un par de ojos esmeraldas decorados con pestañas largas que enmarcaban un rostro acanelado. Harry Styles tenía una expresión seria, aunque no se veía enojado, tampoco parecía de buenas. Y, de todas maneras, ¿qué jodidos hacia ahí? 

"Necesitamos hablar" fue lo que su profunda voz dijo en un tono calmado. Y Louis se maldijo internamente, porque con toda la adrenalina todavía en su cuerpo por el ejercicio, le pareció sexy.

"¿Hablar? No creo que tengamos algo de qué hablar".

Y bueno, no quería sonar grosero... esa vez no quería sonar grosero, estaba demasiado exhausto como para comenzar una estúpida discusión con el pececito de piscina, pero de cualquier forma su tono de voz al hablar se escuchó arisca.

Después de todo seguía un poquito resentido con él. Por supuesto, Harry no se inmutó, parecía estar lo suficientemente acostumbrado a ese trato de parte de él como para ofenderse. 

𝗸𝗶𝘀𝘀 𝗺𝗲 𝗹𝗶𝗸𝗲 𝗻𝗼𝗯𝗼𝗱𝘆'𝘀 𝘄𝗮𝘁𝗰𝗵𝗶𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora