【𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘁𝗿𝗲𝗰𝗲.】

3.3K 367 47
                                    

Harry siguió con la mirada los pasos del mayor ir de un lado a otro por la habitación, hasta que regresó frente a él, sentándose con las piernas cruzadas en el suelo sobre el suavecito futón.

Dejó el envase desechable lleno de fideos instantáneos que humeaba sobre la pequeña mesa cuadrada en el centro de la habitación, observándole acomodarse para empezar a comer.

¿Por qué seguía ahí? Es decir, él mismo le pidió a Louis comer juntos, pero honestamente no esperaba que aceptara. Incluso después de estar un buen rato en la habitación del castaño, seguía cuestionándose por qué no se había ido todavía.

La noche anterior llegó deseoso de besarle de nuevo, porque quería hacerlo, y después quiso arriesgarse a pedir algo más allá. ¿Por qué Louis lo aceptó? ¿Por qué no lo mandó a la mierda? Semanas atrás, muchísimo antes de que sucediera lo que pasó en el bar-hotel, el ojiazul le habría dado un puñetazo directo en la mandíbula por pasarse de listo, pero el contraste con la realidad era impresionante.

Golpes, patadas, cachetadas o insultos, ninguna de esas cosas le dejó tan ido y lleno de adrenalina como lo fue acostarse con él estando sobrio. Se calentó y Louis simplemente se dejó llevar sin hacer muchas preguntas, ni siquiera después del sexo cuando despertaron por la mañana, él no había mencionado el tema en ningún momento.

"Pareces más tonto de lo normal", el apunte de Louis lo regresó de su ensimismamiento, mirándole con las cejas fruncidas. "No es que me importe, pero no calenté esos fideos para que no los comieras".

Cierto, los fideos. Harry los miró en la mesa esperando por él, alzando una mano para sostenerlos y comenzar a comer. No eran algo que no haya comido antes, eran los mismos fideos instantáneos que encuentras en todos los supermercados, pero el comerlos estando solo era diferente a estar en compañía, de alguna forma.

El ruido húmedo al momento de ser sorbidos llenaba el silencio, con los gemidos de satisfacción de Louis acompañándolos, con Harry poniéndole atención.

Miraba la forma en que sus mejillas se llenaban como los de una ardillita, su nariz de botón arrugándose ligeramente, su cabello cayéndole sobre la frente, dándole una vista adorable.

Ahí estaba de nuevo, los latidos fuertes y el calor extendiéndose por todo su rostro. Una sonrisa que se dibujó sin su permiso que ocultó detrás del tenedor que sostenían una cortina ondulada de fideos.

"Eres lindo", aquello escapó de sus labios tan rápido que no tuvo tiempo de procesarlo, incluso Louis dejó de sorber a la mitad para mirarle, con los fideos todavía en su boca y el tenedor.

Frunciendo el ceño y mordiendo los fideos para cortarlos, Louis se tomó un momento hasta pasarlos por su garganta, diciendo: "¿Qué te pasa hoy? Estás actuando extraño, necesito explicaciones".

"¿No puedo decir que eres lindo? Cielos, creí que a la gente le gustaba los halagos".

Louis lo miró en silencio un momento, escuchándole refunfuñar. Dejó el envase desechable en la mesa, cruzando los brazos sobre ella después. "¿Por qué todavía sigues aquí?"

Sí, ¿por qué? Harry no contestó en seguida, se mantuvo pensándolo mientras los fideos pasaban por su garganta.

Se sentía solo cuando la mayoría de sus amigos se fueron a casa por el fin de semana, pudo haber ido con alguien más que todavía estaba en la institución, pero Louis fue la primera persona en aparecer en su cabeza. Así que sus piernas se movieron solas hacia su habitación.

Quiero estar aquí. "No quería cocinar, estoy usándote".

Ante eso, Louis bufó y rodó los ojos, murmurando algo sobre lo idiota que era, pero Harry sonrió porque sus labios se curvearon hacia abajo, como si fuera un pequeño triángulo.

𝗸𝗶𝘀𝘀 𝗺𝗲 𝗹𝗶𝗸𝗲 𝗻𝗼𝗯𝗼𝗱𝘆'𝘀 𝘄𝗮𝘁𝗰𝗵𝗶𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora