"Cuando ya no estés en este mundo...¿Qué extrañarás más?"
Cuando Jeon JungKook muere deja a su esposa sola con un bebé en camino, su muerte es muy repentina a una temprana edad, tiempo después Jang MiOk está a punto de casarse al volver a creer en e...
Exactamente el primero de julio Jang MiOk comenzó a tener dolores de parto, las contracciones la atacaron en medio del supermercado cuando TaeHyung y ella escogían los productos, el bebé nació a las siete de la noche, llegó al mundo sano y salvo. Sintió los brazos de su madre deteniendo su llanto, su calor le hizo saber que estaba seguro, su voz le hizo saber que era su mamá. TaeHyung no podía estar más orgulloso, Kim SungMin era parte de su sangre. Los padres de Tae incluso fueron a la ciudad para conocer al bebé, JoonHee estaba contento de ser el hermano mayor.
Aquella familia daba la bienvenida con gusto y amor a ese pequeño bebé.
A las doce de la noche las cámaras dejaron de funcionar en el área donde se encontraban los bebés en sus pequeñas cunas, Park Jimin apareció por primera vez frente a ese bebé, en su muñeca tenía una pulsera con su nombre.
Kim SungMin.
—Bienvenido de nuevo, JungKook—susurró con una pequeña sonrisa. El bebé dormía profundamente, tenía algunos mechones castaños en su cabeza, hacía un puchero dormido—No te dejaré esta vez, ¿De acuerdo?—acarició su pequeña mano, el bebé apretó su dedo entreabriendo sus ojos oscuros, eran grandes como los del chico en su antiguo cuerpo. Jimin se sintió intimidado por la manera en que lo veía, como si lo reconociera—Hola de nuevo—aquel pequeño ser sonrió o hizo una mueca parecida a una sonrisa.
Como si acabara de comprobar quien era.
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—Buenos días a la futura mamá—saludó una de las enfermeras apareciendo con el bebé en brazos. MiOk sonrió acomodándose en la camilla, TaeHyung que estaba con ella la ayudó acomodando su almohada en su espalda. SungMin fue puesto en los brazos de su madre y a los segundos estaba siendo alimentado por ella. Su pequeña boca succionaba uno de sus senos mientras sentía las caricias de mamá—Volveré en unos minutos para llevármelo.
—Gracias—Tae hizo una reverencia viéndola salir. Acto seguido sonrió enternecido viendo al bebé—Tu primer día en este mundo, SungMin.
—Todos esperan tenerte en casa pronto—MiOk notó aquellos ojos grandes y oscuros verla fijamente, el bebé tenía su pequeña mano en su pecho. Besó su cabeza sintiéndose más que llena al tener a su bebé en brazos después de nueve meses.
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En casa los padres de Tae no dejaban de hacer muecas graciosas y mimos a SungMin. MiOk tenía una dulce sonrisa en sus labios viendo al bebé con sus abuelos, JoonHee se sentó al lado de su madre, ella rodeó sus hombros besando su frente.
— ¿Qué se siente ser el hermano mayor?
El niño de seis años sonrió ante eso.
—SungMin es muy lindo, provoca apretar sus mejillas.
—Tú también eres lindo, siempre has sido lindo—besó su frente.
—JungKook...¿Estaría contento con SungMin?
MiOk había cumplido su palabra de hablarle a JoonHee sobre su padre biológico, contarle más detalles sobre él.
—Lo está—asintió—Él quería que siguiéramos adelante—luego de la boda, Tae y ella habían comprado una casa propia vendiendo la anterior donde MiOk vivió con JungKook. El cambio fue duro pero se sintió bien—Y él también estaría tan seguro como yo de que tú serías el mejor hermano mayor para SungMin.
— ¿Tae me querrá menos ahora?
—No, claro que no—ambos se miraron—TaeHyung los ama a ambos por igual, eres un hijo para él también, JoonHee, nunca te sientas de ese modo—lo abrazó—Los amamos a ambos, ¿Bien?
—También te amo, mamá.
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SungMin se encontraba en su cuna luego de un día de mimos y caricias de personas que eran su familia. TaeHyung lo cubrió con su manta acariciando su pequeña espalda, depositó un beso en su cabeza apagando la lámpara del bebé, se acercó a la cama de JoonHee sentándose en ella, SungMin dormiría en la misma habitación que su hermano.
—Hora de dormir, campeón—lo cubrió con las sábanas.
— ¿Qué debo hacer si SungMin llora?
— ¿Quieres que duerma contigo para cuando eso pase?
—No, quiero ser un buen hermano mayor.
—Si SungMin llora sólo debes ir a nuestra habitación, ¿Está bien?
—Quiero cargarlo.
—Sería peligroso, no intentes sacarlo de la cuna tú solo—advirtió—Mañana te enseñaré a cargarlo, ¿Está bien?
JoonHee asintió convencido, Tae besó su frente deseándole buenas noches saliendo de esa habitación.
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JoonHee despertó a las tres de la madrugada, había jurado ver a alguien junto a la cuna, somnoliento bajó de la cama encontrando a su hermano despierto, lo extraño era que no lloraba. ¿Debía despertar a sus padres incluso en esa situación?
— ¿No tienes sueño, SungMin?—el bebé lo miró sonriéndole. JoonHee no se resistió, bajó el seguro de los barrotes de la cuna tomando en brazos al bebé, SungMin no tenía control de su cabeza por lo cual ésta se iba hacia atrás.
JoonHee lo recostó en la cama para luego subir él a ella. Cubrió a ambos con sus sábanas bajo la mirada de su hermanito, SungMin le sonreía y aferraba sus manitos a su camisa.
—Intentemos dormir, en unas horas papá y mamá se levantarán para llevarme a la escuela—lo abrazó—Cierra tus ojitos, ¿Sí?
Como si el bebé pudiera entenderle obedeció, JoonHee y él se quedaron dormidos abrazados en la cama. Jimin apareció en aquel cuarto con una sonrisa dulce, de su bolsillo sacó una pequeña pulsera dorada bañada en agua bendita, la colocó en la pequeña muñeca de SungMin siendo cuidadoso.
—Esto mantendrá lejos a los demonios—susurró—Buenas noches a ambos—dijo antes de desaparecer.
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