"Cuando ya no estés en este mundo...¿Qué extrañarás más?"
Cuando Jeon JungKook muere deja a su esposa sola con un bebé en camino, su muerte es muy repentina a una temprana edad, tiempo después Jang MiOk está a punto de casarse al volver a creer en e...
TaeHyung había despertado sintiendo las caricias de MiOk en su cabello, la castaña había despertado primero pensando en todo, era inevitable para ella no pensar en JungKook y en esa noche cuando lo vio por última vez. El chico somnoliento sonrió un poco dejándose hacer por su esposa.
— ¿Estás bien?
—Fui a ver a los niños al despertar y ambos estaban durmiendo en la cama de JoonHee.
— ¿Qué?—Tae borró la sonrisa—Le dije a JoonHee que no cargara al bebé...
—Lo sé, pero los dos juntos es algo tierno de ver, ¿Sabes que le preocupa que no lo quieras tanto ahora que SungMin nació?—siguió acariciando su cabello oscuro.
—Eso es una tontería, los quiero a ambos sin importar qué, incluso si JoonHee no es mi hijo biológico lo quiero como uno...
—Tranquilo, ya lo sé—ella acarició su mejilla—Sé lo importante que son los niños para ti, Tae—sonrió un poco—Debemos mostrarle a JoonHee que las cosas no cambiarán sólo por un bebé.
TaeHyung miró sus ojos algo curioso.
— ¿Estabas pensando en JungKook?
—Estaba pensando en Jimin. ¿Lo habrán reprochado por haber sido...un mal ángel guardián?
—No lo sé, espero que no, Jimin se esforzó mucho—suspiró—Me gustaría verlo al menos una última vez.
—A mí también.
En ese momento el timbre de la casa interrumpió la conversación de la pareja, se miraron confusos pero fue TaeHyung quien salió primero de la habitación seguido de MiOk, bajaron a la puerta principal donde al abrir encontraron un arreglo floral muy hermoso.
TaeHyung miró a ambos lados de la calle sin sospechar de nadie que lo haya podido dejar, MiOk se agachó tomando la tarjeta con letra de computador.
"Felicidades por el nuevo bebé, sean una familia feliz y llena de bendiciones"
— ¿Quién es?
—No lo sé—MiOk vio aquellas flores de diferentes colores pasteles, sonrió acariciando los pétalos de una— ¿Puedes llevarlo dentro?
El chico cargó aquel arreglo floral llevándolo al comedor. Unos pasos se escucharon de las escaleras, JoonHee restregaba sus ojos con sus manos, bostezó viendo a sus padres.
—Creo que SungMin tiene hambre, está muy inquieto en la cama.
—Buenos días, cielo.
—Buenos días, dormilón—TaeHyung fue al niño—Debes arreglarte para las clases, vamos—tomó su mano luego de prometer a MiOk que iría por el bebé.
La castaña vio aquellas flores de nuevo, estaban en perfecta condición y su olor era dulce, casi único. Escondida entre las flores, MiOk encontró otra pequeña nota.
"No necesitan agua para vivir, siempre y cuando la familia perdure ellas permanecerán intactas"
—Jimin—fue lo primero que dijo su mente. Sonrió un poco ante esa posibilidad—Gracias, Jimin.
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Tzuyu sonrió al bebé cuando lo cargó, apenas conocía al hijo de su mejor amigo. SungMin vio a la chica con atención para luego sonreírle como mayormente hacía.
—Es tan pequeño—acarició su mano—Felicitaciones a ambos, es un hermoso bebé.
—Gracias—MiOk sonrió. Tae trajo algo de limonada colocando la bandeja en la mesa de centro de la sala.
—Supongo que no los dejó dormir anoche.
—La verdad es que durmió toda la noche—TaeHyung tomó asiento junto a su esposa—JoonHee y él durmieron juntos.
—JoonHee será un buen hermano—Tzuyu dejó que el bebé tomara su cabello enredando sus manitos en él.
—No quería ir a la escuela para quedarse con SungMin, estaré un tiempo en casa para poder dedicarme al bebé, serán como unas vacaciones.
—Si necesitan ayuda en algo me gustaría participar.
—Claro que sí, te avisaré—Tae estaba contento con eso.
SungMin se quejó por primera vez queriendo volver a los brazos de su madre, MiOk lo cargó y de inmediato se calmó, el bebé volvía a sonreír al verla. Con su cabeza en el pecho de la castaña escuchó los latidos de su corazón cerrando sus ojos.
MiOk estaba más que enternecida con aquello.
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Cuando Tzuyu se fue la pareja quedó a solas con el bebé, TaeHyung limpió la cocina mientras que MiOk hablaba con su madre por teléfono, todo era muy normal. SungMin estaba en el sofá con varios cojines rodeándolo para evitar su caída, Tae fue por él una vez terminó encontrándolo despierto.
—Hola, pequeño—SungMin lo miró sonriéndole—Sonríes mucho para ser tan pequeño—tomo una de sus manos besándola, fue allí que notó la pequeña pulsera dorada— ¿Quién te dio esto?—hizo memoria sin recordarlo. El niño tomó el dedo de su padre apretándolo—Cuando crezcas SungMin te contaré una historia algo rara pero...bonita—el bebé sonrió y él hizo lo mismo—Una historia donde los ángeles existen y los demonios también.
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