19. Horror

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Me he dado cuenta que en mi anterior correo he escrito „novio".

Que me saliese natural, sin arrepentirme por llamarte así, me ha llevado a la conclusión que todos estos emails también me están sirviendo de mucho a mí.

Te voy a contar hoy algo gracioso, aunque para mí al principio no lo fue.

Una vez tuve una idea gloriosa, poco después de volver de Mikakojima.

Si llovía, pues no podíamos ir a patinar fuera, claro, pero eso no nos impedía quedar tras las clases y el trabajo. A veces en tu casa, pero la mayoría de veces en la mía. Tú decías que mi casa era muy acogedora, pero poco a poco conseguí que la tuya ya no fuera tan fría.

Hummm.

Se me ha ocurrido algo. ¿Recuerdas dónde conseguiste los Shisa y el reloj de tu dormitorio?

Me gustaría saber qué respondes. Ojalá pudiera saber qué respondes.

Pues, eso, quedábamos cuando llovía con frecuencia en mi casa, así que una semana que el pronóstico meterológico avisaba que iba a llover durante varios días, se me ocurrió hacer algo diferente que ver videos de skate o jugar a la consola: veríamos una película que yo vi al principio de empezar a patinar y que me encantó. Es la historia de un chico de buena familia al que sus padres prohíben patinar porque piensan que es una actividad de maleantes y entonces claro, él se vuelve un rebelde. No te voy a spoilear más por si la vemos algún día.

¿Y qué pasó ese día que yo tenía planteado que la viéramos?

Pues por la mañana de ese dichoso día, antes de desayunar, la encontré en una web online. Ejem, en una web pirata, y la dejé bajando. Al acabar de desayunar, ya se había bajado, pero como se me hacía tarde, solo vi los primeros segundos para ver que tenía buena calidad.

Feliz, no tardé ni un instante en contarte mis planes cuando nos encontramos donde siempre y andando bajo sendos paraguas nos dirigíamos a clase. Lo que me guardé en secreto es que íbamos a ver. Quería ver tu asombro porque una vez me habías contado que no sabías de ninguna película que saliera un skater a excepción de Regreso al Futuro.

Tras el trabajo compramos ganchitos y chuches en un combini y nos dirigimos a casa.

Tuve, como siempre, que mantener alejadas a mis hermanas del dormitorio y así todo listo, nos sentamos en la cama, puse el portátil delante de nosotros y me preparé a poner la peli.

—Reki, ¿me vas a decir cuál es la peli?

—Sorpresa, sorpresa —te respondí riendo y sin que te diese tiempo a comprender los kanjis con los que estaba escrito el nombre del archivo le di al play.

Yo estaba todo feliz y expectante viendo las primeras escenas con una chica joven maquillándose para salir mientras hablaba con su amiga por el móvil y viendo de reojo como tú te esforzabas por entender todo lo que decía.

Algo dentro de mí empezó a molestarme y es que no recordaba esa escena. ¿Era quizá la novia del prota? ¿Tenía novia al principio de la peli? No recordaba que tuviese novia. ¿Era su hermana? La casa era demasiado humilde para ser la casa de él.

Estaba aún concentrándome en recordar esas escenas cuando se escuchó un acorde estridente mientras una sombra aparecía un segundo tras la chica reflejada en el espejo.

Yo me sobresalté y tú también.

Bueno, nuestras dos formas de sobresaltarse fueron muy diferentes. Tú inhalaste, yo di un chillido que me dejó sordo.

Tú te reíste tras el susto y a mi me empezó a dar todo muy mala espina.

La chica de la peli, que no estaba segura que había visto, abandonaba el cuarto de baño donde se estaba maquillando y empezaba a recorrer un pasillo medio oscuro y muy largo, mientas preguntaba con voz muy aguda: ¿hay alguien ahí? La música sonando estridente poniéndome cada vez más en tensión.

Cada día de septiembre  Sk8. Renga ( Completado ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora