Hacerte Sentir.

Enojado

Ethan:

Tres días, solo tres días me he pasado en mi antigua base militar y ya siento que me estoy ahogando. Después de todo lo qué pasó ya no soporto estar aquí, los buenos recuerdos de mi equipo mientras disfrutaban y se relajaban fingiendo que todo estaba bien justo antes de salir a una nueva misión, ahora están manchados de enojo y del peor sentimiento del mundo, la deslealtad.
Todo en mí ruge venganza, quiero saber quiénes fueron y porque, para hacerlos pagar por todos y cada unos de mis compañeros, por mi hermano y por Jennis.
Cuando llegue a la base con David y vi las pruebas de las que el hablaba, mis ganas de golpearlo todo crecen. En mis manos estaban los papeles que demostraban los horarios de los misiles lanzados por la base coincidían con los mismos que destruyeron a mi equipo. Pero aún sin quererlo creer revise las imágenes satelitales y estas solo me lo confirmaron. Usando los accesos de David, entramos al sistema y logramos crear una lista de nombres de las personas que estaban en el área de controles a esa hora del día.
Nos pasamos un día y medio tratando de dilucidar quién podría haber sido, en la lista había nombres de personas en las que confiaba y ahora ya no podía hacerlo. No fue hasta el segundo día ya casi en la noche que descubrimos que justo en la hora marcada hubo un fallo en el sistema, es hay cuando encontramos el nombre de la persona que parece ser la punta del estambre.
Lucas un ingeniero informático, de los mejores de la base, aparece en un video donde se ve cómo introduce las coordenadas de mi equipo y autoriza el lanzamiento de los misiles. Por lo general para lanzar misiles se lleva un protocolo pero si alguien podía hacerlo ese era Lucas. No fue una sorpresa para mi saber que había pedido la baja, ya tenía la edad así que se la dieron sin siquiera preguntar, hacia ya tres meses que había desaparecido sin dejar rastro de su paradero. Pero antes de desaparecer, se llevó con él un cargamento de armas del cual nadie se había dado cuenta hasta el día de hoy.

-No sabemos donde está, Ethan.- me dice David- Pero con esto tenemos suficiente para empezar a seguirle el rastro.

-Espero encontrarlo pronto.- miro a David- Necesitaremos gente en la que podamos confiar.

-De eso me encargo yo, escogeré a los mejores y me aseguraré de que no hayan estado por aquí en esa época. Ya Tengo una idea de quienes pueden ser.

-¿Me dirás sus nombres?- le pregunto y el niega con la cabeza.

-Ya sabes cómo es esto, los chicos son buenos y eso es todo lo que te tiene que importar.

-Confió en ti David - le pongo una mano en el hombro- con mi vida.

-Y lo agradesco, pero ahora necesito que vuelvas a tu casa y actúes como si nada estuviera pasando, como si no supieras nada.

-Lo intentaré.

-Ahora mismo hay un helicóptero encendido que te llevará al aeropuerto y allí un avión directo a casa.- me señala el helicóptero y comenzamos a caminar en esa dirección .- Mientras estes por allá olvida esto y concéntrate en la mujer que lleva rondando en tu cabeza días. Pronto te voy a necesitar de vuelta aquí.

-¿Cómo sabes que pensaba en una mujer?

-¿Es en serio? Te la pasas abstraído en tus pensamientos- me señala - y el día que llegue a buscarte olías a perfume, de los que gritan mujer por todos lados. - sonrío sin darme cuenta.- Por lo que veo es especial.

-La verdad es que no lo sé, la conocí esa noche y con solo verla me dejo de importar lo demás. Pero estoy dispuesto a averiguarlo.

-¿Le vas a contar lo de Jennis? - me pregunta y niego con mi cabeza - Deberías hacerlo.

-Si llegamos a algo más entonces lo haré.

-Te deseo éxito amigo, a veces una mujer es más difícil que la guerra.

-Me pase años conquistando triunfos para mi país , ya es hora de que conquiste uno para mi mismo.- le digo y el se ríe.

Los soldados se ponen en firme a nuestro paso y saludan, yo les devuelvo el saludo mientras me monto en el helicóptero. Cuando ya estamos en el aire suelto la respiración que inconsciente sostenía y la realidad ahora es que el militar en mí solo quiere acabar con todo , descansar y tal vez con un poco de suerte curar su mente olvidando todo lo malo.

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El viaje dura más de lo que es soportable para mí. Estoy ansioso, pensando en Cassandrea, estoy seguro de que ella debe de creer que no estoy interesado en buscarla. Y no puede estar más equivocada si así es.
Apenas bajo del avión enciendo mi teléfono y llamo a Carl y contesta al primer timbre.

- Dime señor perfecto.- contesta en mala forma.

-¿Tienes lo qué te pedí?

-Lo tuve el mismo día en que me lo pediste, la chica es fácil de rastrear .- me dice y gruño.- Te llame pero el teléfono daba apagado así que asumí andabas haciendo cosas más importantes. Si la chica no te interesa más, me dices porque a mi sí.

-Ella es mía y no te quiero cerca de ella. Tenía cosas que resolver pero ya estoy aquí.

- Te voy a mandar en un mensaje lo que me pediste. Encontré cosas interesantes, dime si quieres saber.

-No, gracias, creo ser capas de ganarme su confianza y conocer cosas que ella no me haya contado solo me lo van a dificultar.

-¿Entonces porque me pediste que la investigara?

-No me quiso dar su número o dirección. Me dijo que si estaba interesado, ella sabía que yo sería capas de encontrarla.

-Bueno chico te deseo suerte y acuérdate que si te rechaza yo estoy dispuesto a sustituirte.

-Adios capullo- gruñó y el suelta una carcajada antes de colgar.

Me monto en mi auto y conduzco a mi casa, me tardo casi dos horas en llegar. Leo el mensaje enviado por Carl y sonrió. "Te encontré" pienso.

Llegó a mi casa tomó un baño y me cambió, miro la hora, ya está oscureciendo pero no es tan tarde así que me decido por ir a su casa y no esperar más para verla.
La adrenalina recorre mi cuerpo mientras me tardo en llegar a su casa. Cuando llego a su edificio ni siquiera espero el ascensor y subo hasta su apartamento por las escaleras, no es un gran tramo, pues vive en un complejo elegante pero de edificios de apenas tres plantas y su apartamento está en la última. Toco el timbre de su puerta y cuando responde un "ya va" mi corazón se acelera aún más.
Siento sus pasos acercarse a la puerta y no estaba preparado para la imagen que tengo frente a mi.

Estoy frente a una Cassandrea totalmente adorable. Sus cachetes están sonrojados , su pelo rosado recogido en un moño desordenado que deja varias hebras sueltas que le caen a los costados de su cara. Sus ojos están medio rojos como si estuviese llorando. Y por último su boca, la misma con la que he fantaseado desde aquel amanecer en qué me robó un beso sin darme tiempo a reaccionar, está manchada de lo que parece ser chocolate. Cómo si eso fuera poco cuando paseo la mirada por su cuerpo me encuentro con que está vestida con una camisa enorme que le llega a mitad de muslo, pero lo curioso no es eso,sino lo que dice:
" Soy un bombón, así que cómeme"

Y de verdad que ahora mismo eso es de lo único que tengo ganas de hacer.