Ethan:
De verdad os digo que los hombres podemos ser muy imbeciles cuando nos lo proponemos. De verdad no puedo expresar en palabras lo molesto que me siento al saber cómo fue tratada Cassandrea por una simple cicatriz.
Y ni que decir sobre el hecho que desde que me contó lo de su enfermedad me imaginé diez mil situaciones en las cuales ella terminaba muriendo y en todas se me rompía el alma. Ya no me imagino una vida donde ella no esté presente. En tan solo una semana con unos días ella se ha metido muy profundo dentro de mí. Es algo que nunca he experimentado con otra mujer en mi larga y absurda vida.
Para mi su cicatriz no influye en nada, ella es Bella en todos los sentidos, incluidos el físico.
Y durmiendo lo es aún más. Justo ahora ella se quedó dormida en mi pecho, luego de intentar ver una segunda película. Me quedo mirándola y se ve tan hermosa. Tan relajada. Cualquiera pensaría que nunca a sufrido en la vida.
Decido que es demasiado tarde así que la levanto en mis brazos y la acuesto en su cama luego de haber apagado el televisor. Le quito la ropa y luego la mía. Me acuesto a su lado y luego la abrazo. Les juro que a pesar de que no es la primera vez que lo hago. Todo se siente tan pero tan bien que parece que llevamos una vida haciéndolo.
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¿Se acuerdan de lo que dije hace poco de que durmiendo Cassandrea es bella. Pues es verdad, lo que es horrible es su despertar. Literalmente me saco de la cama solo porque le estorbaba en su camino al baño. La razón según ella es que no tenía ganas de darle vueltas a la cama o pasar por sobre mío.
Pensé que luego de echarse agua en la cara y despertar iba a mejorar. Pero fue todo lo contrario al darse cuenta de que no le quedaba chocolate para el desayuno. Si les soy sincero todo eso me pareció lindo y divertido, la sonrisa de mi cara no se borraba y las carcajadas que solté cuando en un intentó de cerrar duro una puerta de la dispensa, la misma rebotó y le dio de a lleno en la nariz, se tienen que haber escuchado hasta el club por lo menos.
En un intento por mejorar su día la lleve a desayunar fuera y luego de ahí todo se compuso. Su actitud mejoró y me dio el beso que tanto esperaba desde que me despertó al darme el empujón que me haría caer de la cama.
Estoy listo para hacerle una proposición que nunca le hecho a nadie, pero como dice papá Juan, mi abuelo. " Cuando lo sabes, lo sabes" y con ella definitivamente lo sé, es más estoy seguro.
Miro a mi alrededor, estamos en una cafetería cercana a su casa, que es muy linda y el ambiente es muy familiar. La decoración es en blanco y negro con toques de rojo como en la época de los ochenta. Las paredes son de ladrillo y hay cuadros de familias y personas que parecen ser clientes asiduos del lugar colgados por todas las paredes. Es perfecto, así que sin pensarlo mucho le solté:
-¿Quieres ser mi novia?- ella se atraganta con la tostada que estaba comiendo al escucharme.
-¿Qué ?- me dice desconcertada.
-¿Qué si quieres ser mi novia?- le repito. Y tengo miedo a que me diga que no.
-¿Por qué?. Pensé que no querías nada serio. Con esa fama de mujeriego y de que " tengo a la que quiero".
-Me gustas mucho, es mas, es más que gustar, siento algo por ti, que va transformándose cada vez más en algo que aún no se , pero que me hace sentir bien. Contigo me siento diferente, libre y yo mismo. Eres irresistible para mi tanto física como emocionalmente. Y ni que decir que en el aspecto sexual me sentí contigo en un nivel que nunca había llegado. Lo tienes todo. Lo que me gusta, me cautiva y me atrevería a decir enamora.- término mi discurso y la miro que está con la boca abierta.

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Hacerte Sentir.
Romansa-Yo.....- me pone uno de sus dedos en el labio y me hace callar. -Shhh, no trates de negarlo, se que es así. - dice- Créeme bella, aún no me he propuesto seducirte, cuando lo haga ni siquiera te vas a dar cuenta hasta que ya estés en mi cama. -Tiene...