Hacerte Sentir.

Confución

Cassandrea:

Los medicamentos han hecho su efecto, ya el dolor en mi pecho disminuyo bastante, pero el dolor que queda no me lo va a quitar ninguna pastilla.

Quisiera tanto que todo fuera mentira, un invento de Esteban como forma de venganza contra su hermano. Pero por muy bueno que sea editando no creo que sea capas de hacer eso en un vídeo.

Y aunque me siento engañada, traicionada por Ethan. Lo necesito tanto ahora mismo. Quisiera que me abrazara fuerte y me dijera que todo es mentira.

Siento como empiezan abrir la puerta del cuarto donde estoy encerrada y me encojo lo más que puedo contra la pared. Tengo tanto miedo. Esteban está completamente loco.

- Pareces un ratón asustado, así como estás.- se burla de mí y yo tiemblo al sentir su voz porque es tan parecida a la de Ethan. Pero a diferencia de su hermano que me causa placer escuchar su voz, la voz de Esteban pone alerta todos los sistemas de defensa de mi organismo. Se que es peligroso.- Sabes si fuese un poquito más cooperativa estuvieses disfrutando ahora.- Siento asco cuando me empieza a tocar y apartó su mano.

- Nunca me acostaría contigo.- mi voz más allá del miedo sale con repulsión. Y su rostro muestra lo enfurecido que está por mi respuesta.

- Ustedes las mujeres son unas putas. No se merecen ser tratadas bien.- Me cachetea la cara y joder de verdad que duele, creo que me partió el labio. -Dime porque no me quisiste a mí Jennis. Yo te quería tanto. Yo si quería tener hijo contigo, no como mi hermano que te negaba ese privilegio.- sus ojos están completamente negros y me da la impresión de que Esteban no me está hablando a mí.

-Yoo no soy Jennis.

- Claro que sí, no trates de engañarme de nuevo. Aguante durante diez años viéndote con mi hermano. Ahora que te tengo aquí vas a ser mía al fin.- sus manos agarran las mías fuerte y trata de acercarse a mi cara pero yo empiezo a retorcerme. Me niego a tener cualquier contacto con él.

- Jefe, lo necesitan en el perímetro. - El chico que me ayudó, llega nuevamente a salvarme.

-¿ No lo puedes solucionar tú? Cómo vez estoy ocupado.- La idea de que el chico se vaya y me deje sola con Esteban de nuevo me aterra, no tengo fuerzas para luchar.

- No, ellos quieren hablar contigo.

- Malditos inútiles.- Esteban me suelta y sale molesto del cuarto y yo respiro.

No me había dado cuenta que estaba aguantando la respiración. Las lágrimas empiezan a salir sin control de mis ojos y el chico me abraza. Pronto lo que era un sollozo pasa a ser un llanto a todo pulmón.

-Gracias.- digo entre hipos.- De verdad que te debo tanto. Espero y puedas lograr tu objetivo.

-No te preocupes que ya todo está en marcha. Pronto vas a salir de aquí. Cómo te prometí nada te va a pasar. Ahora ponte esto.

Me da un chaleco antibalas y no tengo ni idea de dónde salió.

- Trata de que no se te note tanto.

- ¿Cómo si esto es enorme?- le pregunto ahora un poco más calmada.

- No te lo pongas aún. Yo te aviso. Pero ocultalo voy a tratar por toda los medios de que no tengas que salir de este cuarto hasta que seas libre.

- Confío en tí, no debería pero lo hago. - le digo.

- No, no confíes. Solo te estoy utilizando para mi propio fin, no soy buena persona.