Capitulo 1

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro


—Quiero verte en mi oficina Hinata—la joven se estremeció ante la petición de su progenitor, quizás, sólo quizás, sus planes para obtener su atención, habían surtido efecto. Esa era ya la cuarta vez durante esa semana, que se quedaba a dormir en casa de Shion, eso era lo único que no había hecho en su maratón de ideas desesperadas para obtener un poco de su tiempo.

—Dígame padre—su corazón se aceleró ante la expectativa. Su novio le sugirió huir con él, en vez de soportar el desamor de su padre, sin embargo, ella todavía tenía esperanzas de un acercamiento entre ambos.

—Se de tu deplorable comportamiento y aunque lo dejé pasar durante un tiempo, estoy arto de ti—la joven abrió mucho sus orbes ante las filosas palabras—sin embargo, me guste o no, eres una Hyuga y no puedo permitir que arrastres el buen nombre que a mi familia tanto le costo mantener en la cima.

—El buen nombre ¿es lo único que le importa? El buen nombre—reprochó llorando.

—Deberías estar agradecida de contar con un buen apellido que te respalda y en vez de estarlo, lo único que haces es avergonzarme... siempre Hinata, siempre has sido una descarriada y dudo mucho que a estás alturas puedas regresar al buen camino, así que me vi obligado a tomar una decisión en cuanto a ti—declaró sin mostrar emociones.

—¿Que quiere decir?—cuestiono derramando las lágrimas que durante años, se negó a mostrar frente a él.

—Me asocie con la familia Senju en el campo hospitalario. Tsunade Senju es la médica encargada de dirigir los hospitales en Konoha y nuestro objetivo es expandirnos hacia otras fronteras... bueno, no se ni para que te digo todo esto cuando en realidad, no tienes ni idea de lo que habló—soltó con fastidio antes de continuar—Lo único que te debe importar, es que le pedí al tío menor de Tsunade, que se casara contigo y él aceptó aún sabiendo sobre tu mal comportamiento.

—¿De que habla? Sabe que yo nunca haré algo como eso—aseguró pasando de la tristeza a la molestia.

—Eres menor de edad y por lo tanto, soy quién toma las decisiones por ti—repuso con frialdad. Hiashi no pensaba rendirse, había pedido personalmente a Tsunade su ayuda para intervenir con su tío desde que su hija comenzó a faltar a dormir y poco después, obtuvo la respuesta que deseaba escuchar... el Senju aceptó. Él era un hombre rígido y muy respetable, sin duda, el hombre que Hinata necesitaba para su comportamiento descarriado—te casarás con él, te gusté o no.

—En menos de dos meses completaré la mayoría de edad, así que no lo haré, no voy a casarme con alguien a quien ni siquiera conozco.

—No me obligues a encerrarte aquí hasta el día de la boda—amenazó perdiendo la poca paciencia que tenía—y antes que decidas escapar o esconderte, te advierto que tu futuro marido es el jefe en el departamento de narcoticos en la policía... él es un hombre que se rige por la ley, le será fácil acceder a toda tu información, sin olvidar que es uno de los mejores elementos en su área laboral.

—¿Porque me odia tanto?—cuestionó sorprendiendo al mayor—Se encargó de alejar a las únicas personas que en verdad me querían dejándome sola y sin nadie a quien acudir por un poco de cariño.

—No digas tonterías niña y mejor haste a la idea de tu próximo matrimonio... casada con el Senju, aprenderás a seguir las reglas, él se encargará de ponerte en tú sitio—espetó ya cabreado por la actitud de la joven.

—Durante años he tratado de mendigar su cariño, de querer un poquito de su tiempo y ¿que he obtenido? Nada, no he obtenido absolutamente nada, más que despreció—le gritó decepcionada—usted hubiera preferido que fuera yo quien muriera en el accidente y no mi madre ¿no es cierto?—Hiashi desvío la mirada y permaneció en silencio, dejando la clara respuesta que la joven se había negado a ver durante todos esos amargos años de soledad—POR UNA SOLA VEZ EN SU VIDA, ACEPTÉ QUE ME ODIA...—la chica se quedó atónita cuando su padre la silencio con una fuerte bofetada. Era la primera vez que ella le levantaba la voz y también fue la primera vez que él, le levantó la mano, sin embargo, se aseguraría que fuera la última.

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