Capitulo 2

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


—Tranquila pequeña... estoy seguro que todo saldrá bien en tu nuevo hogar—la ojiperla se sentó al lado de Nagato, tal como él se lo pidió palpando el sofá—y en caso de que no te sientas bien recibida, recuerda que siempre podrás contar conmigo... sólo tienes que llamarme y en seguida estaré contigo—el varón beso las manos de la niña y le sonrió con cariño. Desde que Obito les presentó a Hinata, se sintió muy protector con ella y al poco tiempo de tratarla, ya se habían vuelto amigos cercanos.

—Gracias Nagato, sabía que podía contar contigo—el sonido de la cafetera al terminar de preparar el café se escuchó y ella se levantó para traer dos tazas y unos dangos que hizo para él. La morena se sentía muy cómoda con Nagato, era como estar cerca de Neji.

—Debo salir de viaje por el trabajo, pero te prometo que regresaré antes de tu partida—la joven asintió y lo observó comer los dangos. El le había ayudado mucho con sus amistades, pues se dispuso a ofrecer los postres que preparaba la Hyuga y en poco tiempo comenzó a tener pedidos de pasteles, logrando que pudiera reunir un poco de dinero. Obito le dijo que no tenía necesidad de hacerlo, puesto que él podía darle todo lo que ella pidiera, sin embargo, ante la satisfacción de su esposa, el Uchiha también la animó a continuar—Estaré mas lejos que de costumbre y quiero saber ¿que quieres que te traiga a mi regreso?

—Quiero algo que te recuerde a mí... así tendré la seguridad que si regresarás para dármelo.

—Es una petición rara, pero te prometo que lo haré y como ya te dije, regresaré lo antes posible.

—¿Lo prometes?—Nagato sonrió y mostró su meñique tal como ella lo hacía cuando lo quería comprometer con algo, luego lo junto con el de la joven, haciendo el pacto.

—¡Lo prometo!—la morena sonrió contenta y en minutos le preparó un bento para que se lo llevara con él.

—Cuídate mucho y regresa con bien—el pelirrojo se despidió para irse a casa de Yahiko y Konan. Obito estaba arreglando los últimos detalles de la mudanza y Nagato no lo miró durante ese día.

[...]



Konan y Yahiko ayudaron a sus amigos durante la mudanza, sin embargo, Nagato no se presentó en la propiedad del matrimonio Uchiha y ese detalle estaba preocupando mucho a la ojiperla. Tenía dos semanas sin verlo, aún cuando aseguró estar de regreso en sólo cuatro o cinco días y cuando le preguntaba a Obito, él se limitaba a responder que estaba realizando un trabajo, que seguramente se complicó más de lo esperado.

—¿Que te sucede Hinata? Desde que comenzaron con los preparativos para la mudanza, te veo insegura—cuestionó Konan cuando terminaron de guardar los cubiertos y manteles.

—No lo se...—respondió insegura—es sólo que tengo una opresión en el pecho—la joven amiga sonrió con cariño hacia la Hyuga.

—Debe tratarse del cambio que dará tu vida desde mañana en adelante—la pareja ya se había encargado de enviar la mayor parte de sus pertenencias, a lo que pronto sería su nuevo hogar y en ese último día, recogían las últimas cosas que podían llevarse con ellos en el auto.

—También está la ausencia de Nagato... no quisiera irme sin tener noticias suyas, él me prometió estar aquí cuando nos fuéramos, ademas no responde mis mensajes... tengo miedo que algo malo pueda haberle sucedido—aunque Obito ya le había dicho que Nagato se ausentaba en algunas ocasiones, ella no se quedó conforme, pues el pelirrojo le prometió que regresaría y él no acostumbraba romperse sus promesas. Ella lo comprobó durante el tiempo que lo trató y Konan lo confirmó.

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