Capitulo 8

811 95 251
                                        

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Byakugan comenzó a sentirse inquieto y la ojiperla se despertó sabiendo que seguramente quería salir de la casa. Lo estaba enseñando a hacer sus necesidad afuera y cuando lo notaba inquieto no perdía tiempo en salir. Apenas abrió la puerta, la recibió los primeros rayos de sol y pronto se percató que el carro de Obito no estaba frente a su casa. Miró hacia la cochera y la encontró abierta, indicando que pensaba volver y no lo hizo ¡Seguramente se quedó a dormir con su amante! Pensó con asco y al mismo tiempo  con tristeza.

—¿Terminaste?—preguntó a Byakugan, al momento de verlo regresando hacia ella. Sonrió con el entusiasmo al animal y entró para darle de comer, después de todo, debía hacer algunos pasteles y entre más temprano comenzará, sería mejor.

Ima y Mikoto, llegaron cerca de las diez para ayudarla a terminar con los pedidos realizados por las amistades de la azabache y pronto notaron la ausencia de Obito.

—¿Obito salió temprano? No miramos su coche afuera—cuestionó Mikoto.

—No, él no llegó a dormir, estoy segura que tuvo mejores cosas que hacer—soltó Hinata sin dejar de decorar los postres restantes. La Uchiha aún no sabía a que se debía el evidente distanciamiento entre la pareja, aunque por la respuesta de la chica, le quedó claro el motivo.

—Pero ¿no te llamó para que no te preocuparas?—Ima por su parte fue más inocente y no pensó que el muchacho pudiera haber hecho algo indebido.

—No acostumbra hacerlo—la joven cambio de tema y le dio un poco de crema batida a Byakugan. Le afectaba mucho recordar los vídeos del celular y en ese momento, sólo los podía imaginar teniendo sexo desenfrenado mientras se burlaban de ella.

Terminaron de colocar los pedidos en el vehículo que se encargaría de llevarlos a las diferentes direcciones y ambas féminas se despidieron de la joven. Hinata se apresuró a limpiar por completo la cocina y dos horas después, le llegó la notificación del banco donde recibía el pago por los pedidos. Sonrió complacida, pues le pagaron muy bien y de continuar así, sus ahorros aumentarían considerablemente, al grado de ya no tener que depender de Obito para nada.

[...]

Pasaron más de dos dias desde el encuentro que Tobirama tuvo con Hinata y aunque trató de olvidarse de eso, le resultó imposible. Yugao dormía a su lado luego de la sección de sexo que mantuvieron minutos atrás y mientras la veía de espaldas, imaginaba a la Hyuga durmiendo sobre su pecho ¡Malditos pensamientos! Pensó, llevándose los dedos al puente de la nariz ¿Porque tenía que pensarla? ¿Porque después de nunca haber cruzado palabras con ella no lograba dejar atrás su melodiosa voz? Disgustado consigo mismo, se levantó y comenzó a vestirse, necesitaba un trago y de todos modos, no pensaba quedarse a dormir con Yugao, pues la fémina comenzaba a formarse ideas.

Se aseguró de no hacer ningún ruido antes de salir, sin embargo, la chica no estaba dormida y al verlo tan distante incluso durante el acto sexual, derramó las lágrimas. Nunca dejó de guardar la esperanza de llegar a enamorarlo y tenerlo solo para ella, pero a medida que pasaba el tiempo, él se veía cada vez más lejano. Cuando escuchó la puerta principal siendo cerrada, se soltó a llorar en voz alta. Estaba segura que de nueva cuenta, esa mujer que lo plantó seguía influyendo en su vida.

El Senju condujo hasta un bar cercano a su hogar y antes de lograr entrar, Hashirama lo llamó. Su hermano se escuchaba muy consternado y le pidió verlo en la misma dirección que les envió a él y a varios de sus compañeros en mensaje de grupo. Chasqueó la lengua y subió de nuevo a su auto para dirigirse al lugar acordado.

Acorralada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora