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Milenka

La misión falló. Fue un caos total dar de baja a la mayoría de los criminales  allí presentes. Estaba sensible por lo de mi hermano y todo fue un desastre.

En estos días he dormido a penas cuatro horas diarias. Hemos estado super ocupados en la central tratando de encontrar a Héctor y a sus hombres. El que Damon no aparezca me tiene de los nervios y amenazando a cuanta central no me da informes. El genio lo tengo del demonio, y solo me relajo cuando estoy con mi mellizo pasando el rato.

Trabajo desde la avioneta y cierro la laptop cuando el dolor de cabeza no me permite continuar. Voy de camino a Rusia junto a papá y a Patrick, ya que debemos mover incluso al mundo criminal para que un producto tan mortal como el HACOC no vuelva a fabricarse.

- si lo quieres en un futuro puedes ser una gran ministra- me habla el tío desde el asiento del frente

- claro que no, el puesto será para Owen- le contesta el cabezota pero no estoy de genio para reclamar

- Milenka es más entregada, así como tú, además Owen es un poco así como su madre, testarudo y no se centra en lo escencial

- gracias tío Patrick, al parecer eres el único que me reconoce mis méritos y se siente orgulloso de mí- le hablo con una sonrisa

Papá me asesina con la mirada.

- si crees que no estoy orgulloso de ti estas muy equivocada, porque cómo no estarlo al doble cuando mis hijos son unos de los tenientes más jóvenes y más importantes de la FEMF, pero solo no te quiero como Ministra, ya que la Bratva te vendría mejor, así cada uno gobernaría las organizaciones mas poderosas.

No le doy importancia. Me gusta la Bratva, pero la mayor cabeza es la de mi prima, y en la FEMF no es como un sueño a futuro gobernarla.

-¿aún no has averiguado por qué los micrófonos de Owen y Abby estaban desconectados?- me pregunta Patrick y lo miro mientras me remuevo en el asiento sin mostrar la sonrisa que se muere por salir de mis labios.

Obviamente sé la razón, pero no se la voy a decir porque sé que si a Owen no lo mató la bala que le rozó el pulmón, lo matará alguno de estos dos hombres. No por lo que hicieron, sino porque se pusieron en peligro al estar incomunicados.

- tío, ayer Owen me lo explicó, y fue que la señal del ordenador al ser hackeado les interrumpió la transmisión, o no sé, algo así, que yo no entiendo nada de eso

- tiene sentido, fue muy hábil tu hermano al desviarnos el control del ordenador, rescatamos un sin fin de información de utilidad

Papá me mira pero no dice nada, y Patrick al parecer se creyó la mierda de mentira que le metí. Es que el es tan ciego respecto a Owen que no es capaz de imaginar que la verdadera razón era meterse en las piernas de su hija.

Recuesto mi cabeza en el hombro del cabezota y me quedo dormida cuando me pasa una mano por la espalda y me comienza a acariciar el cabello.

El suave movimiento en mi hombro me despierta y papá me informa que llegamos. Nos movemos a la camioneta que nos espera y los rusos mueven nuestras maletas para luego llevarnos a la fortaleza Romanov.

Amelie me espera en lo alto de las escaleras y subo corriendo para abrazarla. Me arrastra hasta su alcoba y cierra la puerta cuando entramos. Me lanzo a su cama y ella me copia.

- estás horrible, por Dios- ruedo los ojos por su comentario

Es la verdad. Me veo cansada, con ojeras, el cabello lo traigo en un moño mal recogido y no llevo ni una gota de maquillaje encima. Soy hermosa, pero en estos días no en mi mayor potencial.

Mellizos Morgan: Fanfic Pecados Placenteros. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora