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Milenka

Hay algo que me gusta mucho de la Bratva, y es que si puedes y lo quieres ¿por qué no tenerlo? Esa manera de ver la vida de forma liberal me encanta, y me identifica.

En la fiesta, alcancé a escuchar al Boss decir que nadie se podía interponer. Luego la perra me dio un poco de pelea, pero nada similar a mis técnicas y preparación. Y es que ser entrenada desde pequeña por el Ejército Rojo, la FEMF y Christopher Morgan ya me daban ventaja, además de ser una luchadora activa en las jaulas mortales.

Cuando Irina quedó inconsciente e irreconocible, con fragmentos de cristal de la mesa con copas que queramos, me puse en pie, con el mentón en alto. Y aunque sentía que me sangraba la nariz, el labio y me palpitaba el pómulo, caminé entre los espectadores y me dirigí a mi padre, que estaba reunido con la familia Romanov. Sus ojos brillaban con orgullo y sus labios portaban una sonrisa socarrona.

Pero mi mayor sorpresa fue que Ilenko Romanov me obsequiara uno de sus clubes en Moscú como premio de iniciación. El tipo rudo de gran estatura y cuerpo fornido, de carácter dominante y a quien no le importa nada más que su familia y organización, me reconoció lo bien que peleaba.

- hay zorra maldita- ríe Samira a mi lado, como si esto fuera una comedia- este año te ganas el premio por dejarme fuera de tus broncas

Estamos en el patio, bajo un árbol comiendo hamburguesas como si no tuviéramos fondo.

- ya me has visto pelear en las jaulas, así que no exageres- le contesto y le doy un sorbo a mi jugo

- no es lo mismo ni en un millón de años luz- se levanta a dramatizar como siempre, alzando sus manos- en las jaulas solo hay gente desesperada y mediocre, pero tu ex cuñada y la rusa, son otro nivel bebé

Sonrío. Es cierto. Nunca disfrutaré tanto acabar con alguien en las jaulas como lo haría con las dos rubias.

- si quieres podemos emboscar a Karina, igual es tu turno de pegarle

Sonríe con malicia y se sienta otra vez dando un sonoro beso en mi mejilla. La empujo y la miro mal.

- me encanta, mañana comenzamos con la guerra, y la excusa es que fue a molestar a Owen al hospital, y botó a Abby de su habitación

Enarco una ceja. Esa parte no la sabía. Esa bruja no tiene derecho a meterse con Abby porque no me da la gana, porque es demasiado inocente para estar en contienda con ella. Pero yo no, y Sami tampoco.

- entonces hay que dejarle claro que con mi futura cuñada no se puede meter.

- tenientes- nos interrumpe un alférez- el general Parker las solicita en su oficina.

Y hasta aquí llega la paz. El deber nos llama, y mientras sea algo que me sume puntos a la hora de ascender a capitana, lo hago encantada.

***

- el plan es sencillo, ustedes son talentosas, jóvenes y bellas, así que no veo inconvenientes- Parker habla con seguridad como el gran general que es.

- mientras no anden de calientes como siempre todo irá bien- papá nos mira y sus palabras caen con sarcasmo. Lo miro mal y rueda los ojos.

- ambas somos muy profesionales y si estamos donde estamos es por mérito propio, no por andar de calientes- le reclamo y levanta la mano para que me calle

- guarda silencio que no te di permiso para hablar- recorre la habitación y nos analiza- no sé ni quiero saber cuál llevará a cabo la operación, solo quiero que no falle, y es una orden.

Salimos cuando nos echan y me siento enfadada. La misión será sencilla. Ponerle un puto localizador a un traficante. No sé cual es la cosa con subestimarnos solo porque nuestras camas no se calientan con un solo hombre.

Mellizos Morgan: Fanfic Pecados Placenteros. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora