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Owen

No sabía lo jodido que era recibir el impacto de una bala. Más cuando esta casi te perfora el pulmón. Milenka me visita dos veces al día, una hora cada visita. Papá me tiene el cuarto de hospital rodeado de escoltas, la calle con francotiradores en puntos claves, y mamá no deja de consentirme como si fuera un niño de cuatro años.

No me molestan tantas atenciones, pero sí me asfixian.

Mi único respiro ha sido sumergirme en mi laptop para ayudar a encontrar al español y al italiano. Hago un trabajo profundo de investigación y las horas se me van en eso.

- los escoltas tienen tremenda cara de perros, ni porque llevo tres días viniendo a verte- Abby se adentra en el cuarto y pauso mi trabajo para enfocarme en ella.

Se puede decir que hemos estado en tregua desde que estoy aquí. Me visita diario con algún dulce de mis favoritos, me trae reportes e información que puedan contribuir con mi búsqueda y ha dejado de lado su actitud de perra amargada.

- al menos te dejan entrar sin interrogarte

Como siempre se sienta a mi lado en el sofá de una plaza y me tiende una caja de donas. Es la que me complace con la comida, porque mamá está muy pesada haciéndome seguir una dieta de los mil demonios.

- se han reportado veinte desapariciones de chicas entre los veinte y treinta años de edad- me suelta de una y me entrega un USB- principalmente en los países de Latinoamérica.

Aprieto la caja y respiro con pesadez. Eso solo puede significar una cosa, y llevo demasiado tiempo nutriéndome de casos pasados como para no saber que todo es obra de la asquerosa droga que casi mata a mi madre.

- mi padre tiene un plan con la Bratva, espero funcione

Abby toma mi mano y se me acerca. La miro y m pierdo en su amplia sonrisa

- no te quemes la cabeza con esto, que te traje la información para que no me reclames, no para que te estreses

Asiento y abro la caja tomando una dona para mí y otra para ella. Se levanta y va a la mini nevera a por un vaso de jugo para cada uno.

- de acuerdo, pero solo mientras esté aquí, pero cuando regrese al comando, me vas a ayudar con esto.

Me sonríe y le acerco mi mano a sus labios para limpiar su esquina. Me quedo mirándonos más de lo debido e intento ir a por ellos pero una punzada me ataca el abdomen con el movimiento.

-¿estás bien?- se alarma la chica y se me acerca para revisar mi torso descubierto.

Le tomo el rostro y sus ojos brillan cuando la acerco a mis labios y nos devoramos con ansias. Se siente a gloria tenerlos otra vez y tomarlos con fuerza y dominio.

Ella me lo devuelve con igual fuerza y cada vez que la beso se adapta más a mi manera de apoderarme de sus exquisitos labios. Somos interrumpidos por el sonido de la puerta y alguien se aclara la garganta.

Abby me suelta de inmediato como si quemara y pongo mala cara al ver quién está con los brazos cruzados y una mirada de odio hacia la teniente.

- si me disculpas, Linguini, necesito tener una plática con mi novio- el tono de voz me irrita y la miro con burla

- entonces te equivocaste de habitación, porque ese no soy yo

Se acerca con pasos seguros y aparta a Abby de un manotazo para sentarse en mi camilla. Intenta tomarme del rostro y le aparto las manos.

- amor, estoy dispuesta a perdonarte, vine hasta acá porque nosotros nos queremos

- nos vemos luego, Morgan- Abby sale con furia y de un empujón saco a Karina de la camilla.

Mellizos Morgan: Fanfic Pecados Placenteros. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora