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Owen

Oficialmente queda abierta la época de problemas. O eso dice mi calendario.

Milenka y papá no se comunican. Amelie no atiende mis llamadas, Abby me ignora y mamá está como una madre obsesiva, me sobreprotege, cuida y controla tanto que me asfixia.

Es por eso que me voy a saltar las indicaciones médicas y voy de camino al comando. El estar sin encontrar a Héctor es otro problema más que me tiene de los nervios.

Los escoltas se pierden de mi vista cuando llegamos a la central y me voy a mi habitación a cambiarme. Los soldados se me quedan mirando y no los determino, avanzo con la espalda recto como si no me importaran.

-¡pero miren quien apareció!- Samira se me acerca y me besa la mejilla.

Hay pocas personas en la sala de tenientes y me dijo en la montaña de carpetas que hay en mi escritorio.

-¿sabes quién dejó esto aquí?- le pregunto y me siento

- el coronel, dijo que era relevante y que lo necesitaba lo antes posible- repaso por arriba y la aburrida vida de pedófilos, narcotraficantes y contrabandistas no es algo de suma importancia- en mi opinión- Samira me acaricia la oreja con la coquetería que le sale natural- la jodiste al echar al coronel de tu casa

- a nadie le importa tu opinión- le respondo cortante y me sonríe de medio lado

- sabes que te equivocas, que media central desea al menos tener mi opinión

Ruedo los ojos y la nalgue

- andate a trabajar y no jodas

Se mueve a su puesto caminando como si fuera por una pasarela y me enfoco en mi trabajo.

Rápido ordeno y clasifico. Son casos sin mucha relevancia y pongo a la agencia de Paolo a trabajar conmigo. Termino los informes y al mediodía estoy en la oficina de Zoric con el montón de carpetas. Su secretaria me anuncia y me hace pasar. Suelto el bulto de mis brazos en su mesa de forma poco respetuosa y me gano una mal mirada.

- como que es muy pronto para que hayas terminado- tiene la cabeza apoyada en un puño y me fulmina con la mirada. Lo miro altivo, porque su porte y su cargo no me intimidan en lo absoluto.

- esté satisfecho con que lo entregué, porque a esos casos no les presta atención ni la policía local

- retírate- el que me ordene y le tenga que obedecer me pone de muy mal humor.

Me muevo a la puerta y cuando tengo el pomo en la mano me detiene

- solo te lo diré una vez- me habla- y es que te quiero lejos de Abby

Le sonrío con burla. Él no es nadie para decirme a quién debo o no acercarme. Y menos cuando se trata de Abby.

- esa misma advertencia va para ti, y no de teniente a coronel- le suelto- sino de Christopher Owen Morgan, y espero no tener que repetirlo.

Salgo dando un portazo y me muevo a la sala. Me sumerjo en el trabajo y no descanso. Trazo estrategias para misiones pendientes e intento dar con el paradero de Héctor, pero el muy maldito es inteligente y no se ha dejado ver.

En la tarde veo a Abby riendo muy alegremente con el coronel en la cafetería y luego marcharse juntos.

Sus redes se comienzan a llenar de fotos juntos y apago el celular antes de hacerlo pedazos.

Al día siguiente me evita. Intento acercarme pero cada que me ve sale corriendo, y el coronel cada vez me mantiene más ocupado con tontos casos que ni me vienen ni me van.

Mellizos Morgan: Fanfic Pecados Placenteros. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora