Por el Reino

《3》

Zabdiel acomoda su traje, dentro de unos minutos van a llegar todos los invitados para el baile que ofrecia su padre para darle la bienvenida al príncipe Christopher.

Suelta un suspiro poque su padre le ha pedido que baile por lo menos una vez con el príncipe Vélez, argumentado que todos van a ver que él esta interesado en el príncipe castaño.

Termino aceptando porque realmente no tendría otra alternativa.

—¡Llegó por quien lloraban!—exclama el rizado ingresando a la habitación.

Zabdiel sonríe ante la nada discreta entrada de Joel, su mejor amigo y príncipe heredero del reino de Macedonia.

—¿Quién podría llorar por ti?—bromea y Joel le saca la lengua.

—Todo el mundo mi querido Zabdiel—contesta y el rubio rueda los ojos—. Oí que vas a casarte.

—Hablaste con mi papá—corrige y Joel solo lo ignora—. Tenes que ayudarme a impedir este matrimonio.

—¿Por qué? Tu futuro esposo es bonito, parece amable y educado—comenta mientras Zabdiel lo mira con curiosidad—. Lo vi charlando con tu papá antes de venir a tu habitación.

—Joel, ¿de que lado estas?—pregunta ofendido.

—Del tuyo pero este matrimonio arreglado no es el fin de tu mundo.

—Voy a hablar con tu mamá y decirle que también te arregle un matrimonio—amenaza y Joel solo ríe.

—Zab, mi mamá aún espera que encuentra a "mi persona"—hace comillas con los dedos—. No va arreglarme un matrimonio y nuestras situaciones son distintas.

El rubio suelta un suspiro porque sabe que el rizado tiene razón.

—Tu papá se ve contento, hace tiempo que no lo veía así de feliz—comenta mientras el rubio continúa perdido en sus pensamientos.

Joel suelta un suspiro y apoya su mano en el hombro del más alto—. No es como si la estuvieras engañando Zab, es solo un negocio.

—Le prometí que íbamos a iniciar una vida nueva juntos Joel, ella es la mujer con la que quiero casarme.

—Sabías que las posibilidades de que lograrás eso era muy pocas—le recuerda mientas Zabdiel tiene la mirada triste—. Te veo en el salón—el rizado sale de la habitación.

Zabdiel sale de la habitación, baja las escaleras y observa mucha gente bailando mientras que su padre está charlando con otros reyes.

Termina de bajar las escaleras y se acerca a su amigo que está frente a la pista de baile, toma una copa de la bandeja que lleva uno de los sirvientes.

—Tu papá me comentó que tenías que bailar con Christopher.

—Planeo hacerlo al final del baile—comenta—. No es una actividad que disfrute mucho.

Joel asiente y sus ojos recorren todo el salón hasta que finalmente se posan en un pequeño chico de cabello negro.

—¿Tenes nuevo personal?—pregunta mientras su mirada está clavada en el sirviente.

Zabdiel observa hacia donde está mirando Joel y entiende la pregunta.

—Él vino con el príncipe Vélez—contesta sin interés y bebe su copa de un solo trago.

Transcurren unos minutos en los que Joel va hacia la pista de baile junto a unas princesas y Zabdiel solo se dedica a negarse a invitaciones o a escabullirse.

Finalmente se queda parado cerca de la mesa con bastantes aperitivos, mira a su costado y Christopher esta allí mirando todo como si se tratase de algo mágico.