《27》

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Zabdiel suspiró cansado, había pasado las últimas semanas organizando las cosas del reino.

El sonido de la puerta lo saco de sus pensamientos, observó la cabellera castaña de Christopher asomarse por la puerta.

—Chris, ¿que sucede?

—Estoy aburrido—murmuró y se acercó sentándose en la silla frente al rubio.

—¿Donde están Erick y Alexia?

—Erick esta en la cocina con su cara de bobo por su cita con Joel y Alexia tiene trabajo con Nana.

—¿Erick tuvo una cita con Joel?—pregunto confundido.

—Si, pensé que ya lo sabias.

—Joel no me comento nada, tal vez estaba tan nervioso que lo olvidó.

—¿Estás ocupado?

—Un poco—Christopher asintió y quiso irse pero la voz de Zabdiel lo detuvo—. Pero tengo tiempo para mi esposo.

El menor sonrió sonrojado y volvió a sentarse.

—¿Qué queres hacer?

—Estaba pensado en cocinar o salir al pueblo.

—Podemos salir al pueblo, hace bastante que no lo hacemos—el príncipe asintió feliz. Zabdiel se levantó de su silla y extendió su mano, el castaño la tomó y salieron de la oficina.

Salieron del castillo y caminaron hasta el pueblo, el rubio sonrió al ver la cara emocionada del castaño.

Entrelazo sus dedos y continuaron su paseo, decidieron ver el baile que hacían unos niños.

Una mujer se acercó a ellos y le entregó una flor al castaño.

—Lamento mucho su pérdida—Christopher se quedó en silencio, Zabdiel agradeció a la mujer y caminaron de vuelta al castillo.

—¿Chris?

—Es difícil de asimilar—el rey lo abrazó y el menor comenzó a derramar pequeñas lágrimas.

—Poco a poco vamos a superar esto.

—¿Aún me amas?—se separo del abrazo y miró a los ojos al más alto.

—Te amo mucho—acarició la mejilla del ojimiel—. ¿Por qué preguntas?

—Porque solamente me decis Chris—el rubio sonrió.

—Lo siento—Vélez escondió su rostro en el cuello del más alto—. Mi niño.

—Mi rey.

(...)

Joel había llegado temprano al castillo, camino hacia la cocina y observó al ojiverde cocinando.

—Buenos días bonito—Erick volteo y le sonrio tímidamente al rizado.

—Buenos días Joey—el príncipe se acercó y rodeo la cintura del menor.

—¿Te gustó nuestra cita?

—Mucho, gracias por no hacer nada extravagante.

—Me lo pediste y yo lo cumplí—Erick río bajito—. ¿Donde están todos?

—Alexia y Nana salieron al pueblo, el rey de Jesús esta en su habitación y Zabdiel y Chris van a bajar en cualquier momento.

—¿Aceptarías otra cita?

—Si, quiero saber que vas a hacer ahora—Joel sonrió y dejó un beso en la mejilla del ojiverde.

Ayudo al menor con el desayuno o bueno por lo menos lo intento.

Por el ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora