Hace décadas, cuando los números, los algoritmos y el lenguaje binario aún no habían sido utilizados por el ser humano, los datos, que solo representaban las infinitas variables cuantitativas, empezaron también a describir hechos empíricos. De esas variables nacieron seres cuya existencia no era material; formas de vida incorpóreas sin un aspecto definido. Aquellas vidas abstractas que flotaban en un universo infinito, aún formadas por simples datos, adoptaron aspectos basándose en la información contenida en el internet del mundo real tras mezclarse con los datos procedentes de este. Poco tiempo después nacería un planeta que se volvía más vasto conforme acumulaba información.
Con el paso de los años, sus habitantes, que se veían abandonados por aquellos a los que ellos consideraban sus creadores, se desarrollaron y evolucionaron. Fue así como cuatro de aquellas criaturas lograron alcanzar el nivel evolutivo más alto, convirtiéndose en las encargadas de mantener el equilibrio de aquel mundo y de protegerlo de cualquier injerencia externa. Esos protectores pasaron a ser conocidos como "las Cuatro Bestias Santas".
***
—Humanos... seres traidores, falsos y supremacistas. Habéis cometido el error de involucraros en una guerra que no os concierne. Sé que las Cuatro Bestias Santas están detrás de esto, por eso vuestros digimon pueden evolucionar a voluntad —afirmó Magnakidmon, quien hablaba con una voz aguda y estridente.
—¿Eh? Eso significa que vosotros... ¡sois los humanos que se rumoreaba que HolyAngemon traería a este mundo para liberarlo de la tiranía de los Three Musketeers! —exclamó MegaSeadramon.
—Bueno... nosotros no sabemos demasiado sobre esas Bestias Santas, solo lo que HolyAngemon nos contó —dijo Shiro.
—¡¡Siendo así, no puedo dejar que les ocurra nada a estos chicos!!
MegaSeadramon concentró una gran cantidad de energía en su espada craneal; parecía estar preparando el mismo ataque con el que había fulminado a Deltamon, pero esta vez utilizando una potencia mucho mayor. Magnakidmon lo miró sonriente sin moverse.
—¡Thunder Javelin!
El ataque eléctrico de MegaSeadramon alcanzó a Magnakidmon, levantando una gran cantidad de la húmeda tierra sobre la que pisaban. Tan potente fue la explosión que su onda expansiva les dificultaba mantenerse en pie a los chicos.
—¿Lo he logrado?
Casi sin tiempo para saborear la aparente victoria, Magnakidmon se mostró ante el alargado digimon y le propinó un puñetazo; el cuerpo de MegaSeadramon rebotó tres veces contra el suelo por la increíble fuerza del golpe. La indefensa serpiente intentó levantar la cabeza, pero el Musketeer pisó su cuerpo y lo partió por la mitad. El último grito de MegaSeadramon antes de morir estremeció a Takayuki y a los demás.
—Me... MegaSeadramon... Un digimon de nivel Perfecto... ¡no consiguió hacerle nada a Magnakidmon! —tartamudeó Hayami.
—Mierda... estamos perdidos —dijo Shiro, casi temblando.
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Digimon Restore
AdventureTres adolescentes, atrapados por la monotonía, acaban en un extraño mundo situado en lo más profundo de la Red. Por circunstancias ajenas a ellos se verán envueltos en una guerra entre los Three Musketeers, un grupo de monstruos digitales que se rev...