Tres adolescentes, atrapados por la monotonía, acaban en un extraño mundo situado en lo más profundo de la Red. Por circunstancias ajenas a ellos se verán envueltos en una guerra entre los Three Musketeers, un grupo de monstruos digitales que se rev...
La gente se agolpaba en los pasillos de la base del Crack Team. Un grupo de hackers armados y varios digimon de nivel infantil, liderados por Hajime, llevaban de forma forzosa a los demás miembros del equipo a una sala de pruebas. Su único objetivo era deshacerse de aquellos que se oponían a su idea de usar a los digimon como armas. Entre los secuestrados se encontraba el doctor Fujioka, amordazado para evitar que opusiese resistencia.
—Hajime, ¿estás seguro de esto? —preguntó la doctora Sakurada apretando el puño izquierdo sobre su pecho. Su mente empezaba a ser invadida por la duda, creía que estaba yendo demasiado lejos. Además, no entendía que un tipo inteligente y que siempre había evitado estar involucrado de forma directa estuviese actuando de esa forma.
—Fumiko, todos estos tipos acabarían siendo un problema para nosotros tarde o temprano, tenemos que deshacernos de ellos —contestó Hajime con una voz calmada que buscaba transmitir confianza.
—Vaya, parece que tenéis problemas por aquí —dijo una voz femenina.
—Beelstarmon... no esperaba tu visita. Dime, ¿en qué puedo ayudarte? —preguntó el hacker con un tono sumiso.
—No necesito nada de ti. He venido porque Magnakidmon ha solicitado una reunión de los Three Musketeers. Imagino que tanto él como Gundramon habrán llegado ya.
La base de Gundramon era un edificio anexo al del Crack Team.
—La verdad es que ninguno de los dos está aquí. Magnakidmon no ha venido, y Gundramon ha salido porque al parecer había intrusos en alguna zona del Metal Empire —explicó Hajime.
—Qué extraño... —Beelstarmon caminó hacia uno de los enormes ventanales del edificio—. Hajime, busca las coordenadas de Gundramon, iré a inspeccionar la zona. Además, activa a ese digimon que habéis creado con la energía oscura que os entregué, es posible que lo necesitemos.
—¿Hablas... hablas de Chaosdramon? Pero ese digimon está para servir únicamente al Crack Team, se suponía que con Gundramon tenías suficiente...
—Sí, pero ahora te estoy diciendo que quiero que lo actives, así que obedecerá mis órdenes. ¿Algún problema? —Beelstarmon se dirigió al hacker de forma amenazante. Ella habitualmente era bastante amable con él, pero parecía más nerviosa de lo normal, como si presintiese algo malo.
—No... no, ninguno. Tardaré unas horas en tenerlo listo —contestó Hajime tembloroso.
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