Las luces de Navidad llenaban de colores las calles de Tokio. Atrás quedaba el caluroso verano que había cambiado para siempre la vida de Takayuki, Hayami, Shiro y sus familiares. La madre de la joven de cabello color café acudió a la policía en reiteradas ocasiones exigiendo que se investigase la posible relación entre los extraños casos de personas que decían haber estado en otro mundo, y la desaparición de su hija y la de su marido. La policía insistía en que no había evidencias que permitiesen relacionar esos casos, aunque posiblemente habían recibido órdenes por parte del gobierno para ocultar dicha información. Después de todo, estaban amenazados por Hajime; sabían que si hablaban del paradero de Takayuki y los demás, o hacían pública la existencia del Mundo Digital, el hacker publicaría información sobre los casos de corrupción de miembros de los gobiernos de todo el mundo.
Un día, cuando la señora Fujioka salía, por enésima vez, de la comisaría de policía, fue abordada por dos hombres de complexión fuerte. Decían poseer información sobre ese "otro mundo" y aseguraban necesitar su ayuda para resolver el caso. Ella aceptó. Haría cualquier cosa para encontrar a su hija y a su marido.
Pasadas varias horas de trayecto en una vieja furgoneta, llegaron a una pequeña casa en medio de la montaña. A primera vista no parecía tener nada especial, pero una vez dentro, Ryoko fue testigo de algo totalmente inesperado: toda una sala repleta de ordenadores de última generación y varios aparatos llenos de tubos y cables que no se parecían a nada que ella hubiera visto jamás.
—Supongo que está sorprendida, es normal. Se lo explicaré para que lo entienda. Somos un grupo de hackers profesionales. Hace tiempo que hemos empezado a notar una actividad inusual en Internet. A raíz de eso, decidimos investigar y observamos que una inmensa cantidad de datos, la mayoría provenientes de bugs, iban a parar a una capa muy profunda de la Red. —El hombre que hablaba se giró y empezó a observar la pantalla de una computadora—. Ahora sabemos que esa capa profunda está conectada con un mundo diferente, un mundo formado por datos; ese mundo y nuestro mundo han estado intercambiando información en un constante flujo en ambas direcciones. Solo hay dos conclusiones posibles: o en ese lugar existe algún tipo de inteligencia artificial avanzada, o allí hay humanos... o tal vez sean ambas cosas.
—¿Entonces mi hija está en ese mundo? —preguntó Ryoko, quien no había entendido del todo la explicación de aquel tipo.
—De momento es pronto para afirmarlo, pero es una posibilidad. Tanto nosotros como los demás hackers que nos ayudan desde diversas partes del mundo, estamos buscando cualquier indicio que nos permita demostrar que esto es cierto, pero necesitamos su ayuda.
—¿Mi ayuda? Yo no sé nada de estas cosas... pero haré lo que sea por recuperar a mi hija.
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Digimon Restore
AdventureTres adolescentes, atrapados por la monotonía, acaban en un extraño mundo situado en lo más profundo de la Red. Por circunstancias ajenas a ellos se verán envueltos en una guerra entre los Three Musketeers, un grupo de monstruos digitales que se rev...