Mientras en el Mundo Digital los convulsos sucesos seguían su desarrollo, en el mundo de los humanos había empezado a ocurrir un fenómeno extraño. Desde hacía varios días, todos los aparatos electrónicos funcionaban perfectamente, ninguno mostraba ni registraba fallos; incluso algunos que llevaban meses estropeados, volvían a estar operativos. Era como si los bugs desapareciesen de los programas y las aplicaciones. Resultaba contradictorio que a pesar de que en el Mundo Digital reinase el caos, aquellos utensilios que conectaban ambos mundos funcionasen mejor que nunca.
Expertos de todo el planeta investigaron esos anómalos sucesos, pero lo único que encontraron al analizar sus códigos es que algo desconocido parecía estar absorbiendo esos bugs. Nadie era capaz de explicar qué era lo que provocaba eso.
***
Shiro y Penmon estaban sentados sobre un tronco, a la orilla de un río en un bosque perdido del Mundo Digital. Ninguno de los dos sabía muy bien en qué parte del Continente Folder se encontraban, pero tampoco era algo demasiado importante. Lo que le preocupaba al joven no era su entorno más cercano, sino lo que ocurría dentro de su mente.
—Shiro... tal vez tendríamos que verlo todo desde una perspectiva más general en lugar de analizar qué está bien o mal —sugirió Penmon.
—Yggdrasill es una computadora sin sentimientos que ha cometido masacres en el pasado, pero es quien administra este mundo; para él los digimon solo sois números. Por otro lado están las Cuatro Bestias Santas, que parecen proteger este mundo, pero no se involucran directamente en los conflictos. Los Three Musketeers tienen su propio ideal de justicia y quieren derrocar a Yggdrasill para tomar el control... y luego están esos humanos del Crack Team, que dicen que solo quieren analizar a los digimon pero no dudan en prestar ayuda a los Three Musketeers. Para mí todos son unos hipócritas y unos asesinos, directa o indirectamente —afirmó Shiro, al tiempo que lanzaba una pequeña piedra al río. Su gesto era serio y reflexivo.
—Chico, el bien y el mal no son absolutos —dijo una voz desconocida proveniente de las profundidades del bosque.
—¿Quién anda ahí? —preguntó el joven de cabello claro, quien se levantó tan rápido como si el tronco estuviese hecho de magma.
—Tranquilo, solo soy un viajero solitario que pasaba por aquí.
De entre los árboles salió caminando un digimon con forma de mono bípedo, vestido con ropa negra similar a la de un motorista, pelo blanco en la cabeza y en el pecho, y una especie de bastón chino atado a la espalda.
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Digimon Restore
AdventureTres adolescentes, atrapados por la monotonía, acaban en un extraño mundo situado en lo más profundo de la Red. Por circunstancias ajenas a ellos se verán envueltos en una guerra entre los Three Musketeers, un grupo de monstruos digitales que se rev...