Una luz tenue entraba por la ventana del salón, entreabierta para aliviar el húmedo calor del verano. Luces completamente apagadas y un silencio sepulcral, poco habitual en aquel domicilio. Sobre la mesa había una caja de tranquilizantes y otra de antidepresivos, y en el sofá, una mujer en posición fetal con signos evidentes de falta de higiene. Era Ryoko, la madre de Hayami, que tras la desaparición de su marido y ahora también de su hija, y sin familiares en los que apoyarse, se había quedado completamente sola. En la puerta del bar que regentaba había colgado un cartel que decía: "cerrado indefinidamente por motivos personales. Disculpen las molestias".
El vecindario hablaba, la gente se preguntaba qué había pasado con los desaparecidos. Las pocas veces que la señora Fujioka salía de su casa para ir al mercado, lo hacía sucia y mal vestida, o directamente compraba a través de Internet. Una de las vecinas llamó a la puerta, pero ella no abrió; sabía que esa bruja no estaba realmente preocupada por ella, solo quería cotillear y compadecerse para luego contárselo a las demás en un acto de hipocresía, solo era morbo.
La situación llevaba meses de mal en peor, pero aquel día un pequeño rayo de esperanza emergió en medio de la oscuridad. Había una noticia en Internet sobre un niño que decía haber estado en otro mundo donde unos monstruos le habían cuidado hasta que pudieron mandarle de vuelta. Según sus descripciones, esos monstruos eran digimon. Según la prensa, estas eran solo imaginaciones del pequeño, probablemente provocadas por la situación traumática que había vivido durante su secuestro, pero por alguna razón Ryoko empezó a sospechar que algo parecido podría haberle ocurrido a su hija... y quizá también a su marido.
***
Hayami, Floramon y Mamemon estaban entrando en la zona del Metal Empire, área controlada por Gundramon, y también el lugar en el que se encontraba la base del Crack Team. Mamemon hacía de guía, pues conocía bien la zona.
—Oye Floramon... hay algo que tengo que agradecerte. —Hayami se detuvo un momento, como si supiese que una vez dentro de esa peligrosa zona, no habría mucho tiempo para hablar.
—Dime.
—Gracias a ti he comprendido la importancia y el estrés provocado por cargar con grandes responsabilidades. Creo que ahora entiendo un poco mejora mi madre. Ella ha tenido que ocuparse de mí y sacar adelante un negocio luego de que mi padre desapareciese; creo que he sido egoísta con ella todo este tiempo. En lugar de ayudarla, solo pensaba en mí misma —reflexionó Hayami.
—Bueno, lo importante es que cuando os volváis a ver, se lo digas —concluyó Floramon.
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Digimon Restore
AdventureTres adolescentes, atrapados por la monotonía, acaban en un extraño mundo situado en lo más profundo de la Red. Por circunstancias ajenas a ellos se verán envueltos en una guerra entre los Three Musketeers, un grupo de monstruos digitales que se rev...